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Reflejos de su gloria

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Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.

Location:

United States

Description:

Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.

Language:

Spanish


Episodes

Evangelios-055 La venida del reino

3/21/2024
Lucas 17:20-37 Durante la época de crisis por la pandemia pudimos observar que no es difícil que la gente se sienta atemorizada y reaccione como si el fin del mundo hubiera llegado. Si un virus puede hacer que la gente salga a los supermercados a arrasar con todo, aún cuando han asegurado que habrá abastecimiento, podemos imaginar cómo será cuando todo lo que la Biblia ha predicho se haga realidad. La Palabra de Dios ha publicado que Cristo vendrá en las nubes y se llevará con Él a todo aquel que ha depositado su fe en Él. Este será un acontecimiento traumático para los que se queden. A partir de ese momento, un periodo de tribulación llevará al mundo a una situación de una aparente unidad mundial seguida de un caos global que acabará con la venida de Cristo a la Tierra para derrotar el reino de este mundo y establecer Su reino. En Mateo 24 los discípulos preguntaban a Jesús sobre el fin de los tiempos, y este les contestó: “oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” (Mateo 24:6-8) En Lucas 17 los fariseos preguntaron a Jesús sobre la venida del reino de Dios. Y este les dijo: “El reino de Dios no vendrá con advertencia” Dijo también: “Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.” “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.” ¿Recuerdas lo que ocurrió cuando el diluvio? Alguien hizo referencia a esto , de que nos tendríamos que hacer un arca y meternos ahí, como en la historia de Noé. Aquí sin embargo, lo que Jesús está diciéndoles es que como en los días de Noé, la gente no creería las advertencias de que algo gordo se acercaba, las actividades del día a día seguirían su curso y nadie se percataría de lo que estaría por venir. En la situación con el Coronavirus ha costado que la gente entendiera la gravedad del asunto. Solo cuando se nos impuso el aislamiento la gente ha comenzado a reaccionar, y entonces de manera incorrecta muchos, congregándose multitudinalmente para abastecerse de lo que no necesitaban. Algo así ocurrirá en aquel día. Jesús prosiguió con sus ejemplos: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.” Durante la pandemia se cerraron colegios, comercios, lugares de ocio, se cancelaron bodas, conciertos y otras funciones. Pero incluso entonces tuvimos aviso previo, aunque fuera tan solo días u horas. Cuando Cristo venga, será sin previo aviso, como ocurrió en la destrucción de Sodoma. Jesús continuó diciendo: “En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot.” Todo esto lo puedes leer en Lucas 17 y Mateo 24. No es mi intención transmitir temor, sino todo lo contrario. Ya que todo esto está escrito desde hace siglos, vale la pena que lo comuniquemos a otros. La Palabra de Dios no nos ha dejado sin información. Nos conviene leerla y estar preparados. Lo mejor de todo es que para los que están en Cristo, no hay ningún riesgo. Como comentábamos al principio de la reflexión, Cristo vendrá en las nubes a rescatar a su iglesia, a todo el que ha puesto su fe en la obra de Cristo en la cruz. Antes del rapto, e incluso después, el evangelio de Cristo será proclamado para que todo aquel que en Él crea sea salvo. Dice Mateo 24:14 “Y será predicado este evangelio del...

Evangelios-034 Perdón proporcional

2/21/2024
(Lucas 7:36-50) Nos cuenta Lucas un encuentro de Jesús con un fariseo llamado Simón. Recordemos que los fariseos eran religiosos judíos muy dedicados al estudio y cumplimiento de la ley y las tradiciones del pueblo judío. Estos se creían mejores que el resto de los judíos, y la mayoría de ellos estaban en contra de Jesús, porque este se estaba presentando a sí mismo como el Mesías, el enviado que los judíos esperaban durante siglos. Simón invitó a Jesús a comer en su casa, y Jesús aceptó la invitación. Nos dice el texto que “Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.” El texto continúa diciendo: “Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.” Este Simón fariseo sabía quién era la mujer, probablemente una prostituta ¿Cómo conocía Simón a esta mujer? ¿Por qué pudo esta entrar en su casa?, me pregunto. Simón estaba juzgando a Jesús por dejarle que esta le ungiera los pies con perfume y con las lágrimas de su corazón compungido. Este pensaba que si Jesús era Dios como Él proclamaba, debería saber que esta mujer que estaba ahí no era, según los de alrededor, digna de acercarse a Jesús. Pero por supuesto que Jesús sabía quien era ella y lo que habría hecho. Recordemos que Jesús es el que conoce los corazones. Por ese motivo, porque sabía lo que él estaba pensando, se volvió a Simón y le dijo: le dijo: “Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.” La pregunta era sencilla. Dos personas tenían una deuda y el cobrador había venido a hablar con ellos. Cuando este perdonó las deudas porque ellos no podían pagar, perdonó más a aquel que más debía, y ambos llegaron a estar en paz, sin deber nada. Ambos deberían estar agradecidos por haber sido librados de la deuda, pero el más agradecido era aquel que debía más, porque se le había perdonado más. Jesús dijo a Simón: “¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.” Jesús enseñó a Simón, que esta mujer estaba mostrando gratitud por el perdón de Dios a un nivel que él no había estado dispuesto a demostrar. Esta mujer sabía que era pecadora, y que Jesús podía perdonarla y librarla de sus ataduras. Simón sin embargo se creía más justo que ella, y por lo tanto no parecía darse cuenta de su necesidad de Dios. Así que no había mostrado el mismo amor hacia Cristo. Pero Dios ve a cada ser humano como pecador, ya que ninguno es libre de falta. Sin embargo, a diferencia de como nosotros juzgamos los pecados según nos parecen más o menos respetables o aceptables, Dios ve todo pecado como inaceptable, aquellos que nosotros clasificamos como pequeños y los que vemos como aberrantes. Y Él ofrece perdón y liberación de todos ellos. Aquel que reconoce su pecado y es perdonado, amará mucho, y mostrará agradecimiento por esta liberación. Y aquel que no lo reconoce, no tendrá la oportunidad de disfrutar el perdón, y la paz y el gozo que vienen de haberlo experimentado. Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado, ve en paz.” No la habían salvado sus lágrimas, ni el perfume, sino la fe con la que había llegado a los pies de Jesús. Había pecado mucho, y Jesús había perdonado...

Evangelios-016 Los milagros de Jesús

1/29/2024
Hemos visto que la Palabra de Dios que nosotros hemos recibido nos declara la identidad de Cristo, haciendo innecesaria ninguna otra señal. Ya tenemos la evidencia de la identidad del Mesías, y ahora recae en nosotros la responsabilidad de creer o no en Cristo el Salvador. Los milagros de Jesús en el nuevo testamento se pueden dividir en cuatro apartados; los que muestran el poder de Jesús sobre la naturaleza, los que muestran el poder de Jesús sobre la enfermedad, aquellos que muestran su poder sobre las fuerzas espirituales, y los que muestran su poder sobre la muerte. El los evangelios vemos que Jesús mostró su deidad al controlar fenómenos naturales. Como Creador y sustentador del universo, no hay nada que le pase desapercibido. Alguno pensará, si Dios puede controlar la naturaleza, ¿por qué ocurren los desastres naturales? Lo cierto es que la Biblia nos dice que Dios creó el mundo perfecto, mas el hombre eligió un mundo al margen de Dios. A partir de la caída en Edén, nos dice la Biblia que hasta la tierra gime, esperando la redención. En este texto de Romanos 8:22-23 vemos que los desastres naturales son otra consecuencia de las decisiones del ser humano, y que toda la creación espera, como nosotros, el día de la redención. Jesús también mostró su poder sobre la enfermedad. Lo mostró sanando a muchos enfermos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, ricos y pobres. A través de sus sanaciones, Jesús mostró su deidad. Hay personas por ahí que quieren hacer creer que ellos pueden hacer milagros. Esto no viene de parte de Dios, y Mateo 24:24 nos lo advierte. Dios es el Sanador, mas no ha dejado ningún indicio de que haya dado el don de sanación para ejercer en nuestros días. Damos gracias a Dios que ha permitido que la medicina se desarrolle y hayamos aprendido a frenar procesos degenerativos y evitar la muerte temprana en muchas ocasiones. Pero la época de las señales milagrosas acabó con la época de los apóstoles de Jesús. Esto no quiere decir que Dios no haga milagros hoy en día. Realmente no somos conscientes de la obra que Dios ejerce día a día para que podamos vivir. No querríamos saber cómo sería vivir en esta tierra sin el continuo cuidado del Señor. Cuando Jesús sanaba el cuerpo, solía recordar que más milagroso que quitar enfermedades era su capacidad única de quitar el pecado del ser humano. El perdón de pecado sobrepasaba cualquier sanación. En tercer lugar, Jesús mostró que Él era poderoso para vencer y subyugar las fuerzas espirituales. Mostró a través de diferentes milagros que él tenía poder para echar fuera demonios, liberando a diferentes personas de ataduras satánicas. La Biblia nos enseña que en un futuro, Cristo destruirá el mal para siempre, pero en su tiempo aquí en la Tierra dio muestras de que de verdad tenía poder sobre el maligno. Por último, Jesús mostró su poder sobre la muerte. Esto lo hizo a través de la resurrección del hijo de la viuda, y de la hija de Jairo, y la resurrección de su amigo Lázaro. Y por supuesto, dejó claro que el seol no prevalecería sobre él al resucitar él mismo de la muerte. Una vez más, aunque Dios tiene poder sobre la muerte, no quiere decir que cuando alguien muere, Dios nos ha fallado o abandonado. El que es poderoso para dar vida y para quitarla es el ser justo y amoroso por excelencia. En este mundo caído, no llegamos a entender el propósito de la enfermedad y la muerte, pero a pesar de nuestra falta de entendimiento, podemos descansar en la verdad de que si le hemos confesado nuestros pecados y hemos confiado en Cristo como Salvador, la muerte no nos puede separar del amor de Dios (Romanos 8:38-39). Gracias a Dios por mostrarnos su poder a través de los milagros registrados en los evangelios. Y gracias por la confianza que podemos tener de que, aunque tendremos que pasar por desastres, enfermedad, luchas espirituales e incluso la muerte, podemos descansar en el cuidado que Dios tiene de nosotros, sabiendo que nada ni nadie nos puede separar de su gran amor.

Evangelios-014 Jesús habla con la samaritana

1/25/2024
Al finalizar la celebración de la pascua y habiendo acabado lo que había venido a hacer, Jesús inició su viaje de regreso a Galilea. El camino más sencillo para llegar a Galilea requería que pasaran por Samaria, zona que los judíos evitaban debido al desprecio que mostraban a los samaritanos. Recordemos que siglos antes, la zona había sido poblada por extranjeros, y aunque estos habían adquirido costumbres y enseñanza israelita, no eran bien vistos por los judíos. Muchos incluso daban un rodeo y viajaban más horas con tal de no pasar por Samaria. Pero no Jesús y sus discípulos. A ellos les fue necesario pasar por Samaria, nos dice el texto. ¿Por qué sería esto? Nos narra Juan 4:5-7 que “Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua;” Mientras los discípulos iban a la ciudad a comprar comida, Jesús fue al pozo donde solían venir los vecinos a sacar agua. Era mediodía y no había nadie sacando agua. Pero mientras Jesús descansaba, nos dice Juan que vino una mujer samaritana a sacar agua. Y Jesús inició una conversación con ella pidiéndole que compartiera un poco de su agua. La mujer respondió sorprendida: ”¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.” (4:9) Sabía que él era judío, y no esperaba que le dirigiera la palabra a ella. Mas Jesús no compartía los prejuicios de sus paisanos. Él no había pasado por ahí para saciar su sed. Más bien, el que conoce los corazones necesitaba pasar por Samaria para poder hablar con esta mujer. “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” “La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?” (4:10-11) La pobre, al igual que Nicodemo cuando Jesús le habló, entendió literalmente las palabras de este. No es de culpar. Los propios discípulos, más tarde en la historia, confundirían sus palabras al decirles que tenía una comida que ellos no sabían. Si ellos habían ido a comprar la comida, ¿qué podría haber comido Jesús? ¿Es que alguien le había traído de comer? Él les tuvo que explicar: “Mi comida es que haga la voluntad de mi Padre”. Claro, Jesús no hablaba de agua y comida física. Él le estaba ofreciendo a la samaritana algo que solo Dios podía dar. “Le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (4:13-14) Como le había ofrecido a Nicodemo en Jerusalén, Jesús estaba ofreciéndole algo que cambiaría su vida de un estado temporal y fútil a uno eterno. El agua que Jesús ofrecía podía saciar eternamente. La señora samaritana continuaba sin entender lo que Cristo ofrecía, por lo que le dijo: “Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.” Ella buscaba un cambio de rutina. Esperaba que lo que este judío tenía para ofrecerle hiciera su vida más fácil. Pero este no era el propósito de Jesús. Viendo que la samaritana no entendía, Jesús giró la conversación para llamar su atención. “Ve y llama a tu marido” le dijo. Y ella, con toda sinceridad le dijo que no tenía marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad (4:17-18). ¡Este hombre parecía saber lo más íntimo de ella! ¿Sería un profeta? La samaritana aprovechó para preguntarle cuál era el lugar idóneo de adoración, ya que samaritanos y judíos discrepaban en este asunto; a lo que Jesús contestó: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Jesús no entró en temas...

Evangelios-013 Nicodemo viene a Jesús

1/24/2024
Tras los eventos en el templo, y habiendo visto las señales que Jesús hacía, vino a él una noche un principal de los judíos llamado Nicodemo. Este le confesó: “sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.” Con estas palabras, Nicodemos dejaba claro que no tenía duda de la identidad de Jesús. Reconocía su deidad y quería participar del reino de Dios. Mas Jesús le dijo que si no nacía de nuevo, no podría ver el reino de Dios. ¿Nacer de nuevo? “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Nicodemo debía saber que Jesús no hablaba del nacimiento físico, mas Jesús le respondió: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” El nacimiento físico es necesario para poder tomar la decisión de nacer espiritualmente, y ambos son necesarios para poder llegar a pertenecer al reino de Dios. Si estás confundida con las palabras de Jesús, no te sientas mal. Incluso Nicodemo, maestro de la ley judía, se muestra confundido sobre cómo podía llegar a comenzar esa vida nueva en Cristo. Jesús le dijo: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.” Y le explicó que era necesario que Cristo fuera clavado en la cruz para que todo el que creyera en Él pudiera disfrutar de vida eterna espiritual. Los versículos 14 y 15 explican: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Si recuerdas la situación en la que el pueblo de Dios había sido herido por serpientes venenosas, recordarás que Dios pidió a Moisés que erigiera un poste con una serpiente de bronce a la cual todo aquel que mirara hacia ella sería sanado de las picaduras de serpiente. Así el Hijo del hombre, el Mesías, debía ser alzado en la cruz, y todo aquel que mira a Él para salvación recibe vida eterna. Nicodemo recibió una clara presentación de cómo nacer de nuevo, de cómo pertenecer al reino de Dios. En esta ocasión no vemos que Nicodemos recibiera esta verdad, naciendo a una vida nueva, pero gracias a Dios, vemos más adelante, en Juan 7:50-51 a Nicodemo, hablando a favor de Jesús ante otros fariseos, y más tarde, en Juan 19:39 vemos que Nicodemo estaba ayudando a preparar el cuerpo de Jesús para la sepultura, abiertamente y en público, identificándose claramente como seguidor de Jesús. La semilla plantada había dado fruto que comenzaba a aparecer en la vida de Nicodemo. ¿Y qué de ti? ¿Has entendido bien la enseñanza de Jesús sobre el nuevo nacimiento? ¿Te has declarado como seguidora de Cristo y perteneciente al reino de Dios? Sin duda, identificarse con Cristo es la mejor forma de disfrutar esta vida terrenal, y más importante aún, la vida eterna en Cristo Jesús.

Evangelios-012 Jesús va al templo

1/23/2024
Jesús va a Jerusalén a celebrar la Pascua Nos cuenta Juan 2 (2:12-25) que al comienzo del ministerio de Jesús, cuando llegó el tiempo de la celebración de la pascua de los judíos, subió a Jerusalén, y entrando al templo, “halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados” (Juan 2:14). Jesús procedió a echar a los mercaderes que estaban aprovechándose de la época de la pascua para hacer negocio, cambiando moneda y vendiendo animales en el templo y les dijo: “Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado” (Juan 2:16). Durante la última semana de Jesús en la Tierra, Jesús volvería a estar en Jerusalén una vez más, para la celebración de la Pascua. Y una vez más, encontraría el templo desacrado, lleno de puestos de comerciantes deseosos de utilizar la religión para ganar dinero. Y una vez más, como nos narran los evangelios, Jesús los echaría, demandando el respeto debido a la casa de Dios. Vemos a Jesús en esta visita a Jerusalén, al comienzo de su ministerio, proclamando su identidad como Señor del templo, ejerciendo su santa autoridad. Sus discípulos se dieron cuenta que lo que Jesús estaba haciendo evocaba el Salmo 69:9, el cual hablaba del Mesías en el cual se lee: “porque me consumió el celo de tu casa.” Los judíos también, sorprendidos por la forma de defender la honra del templo de Dios, y con el conocimiento que tenían de las Escrituras, le pedían más señales de que él era en realidad el Mesías esperado. Jesús, que conocía los corazones, podía discernir entre los que se maravillaban de las señales y los que de corazón esperaban al enviado de Dios y estaban dispuestos a seguirle. Aquel día en el templo, los que contemplaron lo ocurrido pudieron meditar lo que venían a hacer a la casa de Dios. Es importante que nosotros también, siglos después, analicemos nuestra tradición religiosa. ¿A qué vamos al templo? Nosotros lo llamamos iglesia. ¿Asistimos a la iglesia para beneficiarnos de algún modo material? ¿Asistimos quizá para suplir nuestras necesidades sociales? ¿Tenemos claro el propósito de reunirnos? Así como el templo era un lugar para adorar a Dios, hagamos que nuestro tiempo en la iglesia sea un reflejo de nuestra continua adoración. Vayamos a congregarnos con el deseo de alabar a Dios con los que de corazón sincero lo buscan.

Evangelios-011 Introducción al ministerio de Jesús

1/22/2024
Para cubrir la enseñanza y los acontecimientos compartidos en los evangelios sobre los tres años de ministerio de Jesús en la región de Galilea dividiremos la información en tres apartados, la instrucción directa de Jesús, la enseñanza a través de parábolas, y las señales milagrosas que Jesús mostró. Los cuatro evangelios tratan todos estos apartados de su ministerio, aunque no todos incluyen todas las historias. Hay disponibles recursos que muestran la armonía de los evangelios que se pueden consultar durante la lectura de estos, y en la mayoría de las ediciones de la Biblia se suelen referenciar los textos relacionados para su estudio y seguimiento, y son de mucha utilidad. Cuando Jesús volvió de su tiempo en el desierto y comenzó a juntar a sus discípulos, la voz comenzó a correr. Jesús era especial, y muchos lo comenzaban a notar. Tanto era así, que estando en Caná, durante una boda a la que Jesús había sido invitado junto a sus discípulos, María su madre, viendo que faltaba de vino para el banquete, fue a Jesús para decirle: “No tienen vino” (Juan 2:3). Que sepamos, Jesús aún no había hecho ningún milagro público, mas entendió que su madre le estaba pidiendo un favor, que supliera la necesidad de los que estaban ahí presentes. Jesús cuestionó su petición, explicándole que la hora de mostrar señales aún no había llegado. Parece ser que María entendía y aceptaba la autoridad de Jesús, pero también conocía su poder. Pidió a los que estaban ahí trabajando que hicieran lo que Jesús les dijera, y dejó que Jesús decidiera lo que habría de acontecer. Jesús pidió que llenaran todas las tinajas de agua. Los siervos deben haber tenido confianza en Jesús, porque a pesar de que sus instrucciones no parecían tener sentido, lo hicieron, y Jesús, les dijo, “Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora (Juan 2:8-10). Juan nos relata aquí el primero de muchos milagros de Jesús. Días más tarde, el versículo 23 del mismo capítulo nos dice que viendo las señales que hacía Jesús, muchos judíos creyeron en Él, identificándolo como el Mesías. Sin embargo, nos dice el texto que Jesús, que conoce los corazones, no se fiaba de ellos. Al parecer, algunos estaban ahí para el espectáculo. Es importante que entendamos que las señales milagrosas que Jesús hizo mientras estuvo aquí en la Tierra fueron específicamente para mostrar que Él era, sin lugar a duda el Mesías prometido, el Ungido enviado. Su propósito no era sanar a todo el que encontraba, si no, hubiera sanado a todos, mas no lo hizo. Su propósito era mostrar que Él era el Dios Todopoderoso. Después de ver algunos eventos durante los primeros días del ministerio de Jesús, y antes de adentrarnos a estudiar sus enseñanzas, veremos los diferentes milagros de Jesús. Pero quería dejar claro lo que la Biblia enseña sobre los milagros y cual era su propósito en hacerlos La Palabra de Dios hace que las señales milagrosas no sean necesarias. Su Palabra es viva y eficaz y con ella tenemos suficiente para conocer al Mesías y seguirle con seguridad. Espero que el estudio de la vida del ministerio de Jesús en Su Palabra te guíe a Él mismo y te haga experimentar Su presencia en tu vida.

Evangelios-010 Los discípulos de Jesús

1/19/2024
Encontramos a Jesús al principio de su ministerio en la región de Galilea. Estando en Capernaum, a las orillas del mar, conoció a cuatro de los que serían sus discípulos, unos pescadores que estaban dispuestos a dejar sus redes para seguir al Gran Maestro (Marcos 1:16-20). El evangelio de Juan, capítulo 1 versículos 35-42 nos narra que Andrés y Simón su hermano, al que Jesús llamaría Pedro, eran seguidores de Juan el Bautista. Juan les había hablado de Jesús, y probablemente estuvieron ahí cuando este fue bautizado. Nos dice el texto que cuando vieron a Jesús pasar, Juan les dijo: “He aquí el Cordero de Dios.” Aquel al que había bautizado, al que Dios había identificado como el Cordero de Dios, el que había de venir a quitar el pecado del mundo estaba ahí, delante de ellos. Nos dice Mateo que estando Andrés y Pedro recogiendo las redes, el Señor Jesús les dijo: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.” (Mateo 4:19-20) Estaban también en la orilla Juan y Jacobo, hijos de Zebedeo, los cuales estaban con su padre en la barca, remendando las redes, mas cuando el Señor los llamó, nos dice que “dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron” (4:21-22). Leemos en Juan 1:43-51 que al día siguiente, Felipe y Natanael comenzaron a seguir a Jesús. Probablemente habían escuchado que Andrés y Simón Pedro habían dejado la pesca para aprender del Maestro, ya que estos eran también de Betsaida, la misma ciudad de los dos hermanos. El Señor llamó a Felipe, y Felipe lo siguió, y al encontrarse con su amigo Natanael, también llamado Bartolomé, le dijo: “Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” Estos identificaron a Jesús como el Mesías prometido. Así vemos que de boca en boca, los que habían de seguir a Jesús fueron viniendo a él. Natanael estaba maravillado de ver que Jesús sabía cosas de él sin conocerlo, mas Jesús le avisó que junto a Él, vería la obra de Dios cumplirse en la Tierra. Sin duda, haber seguido los pasos de Jesús y compartido su ministerio debe haber sido fascinante. Mateo 9, Marcos 2 y Lucas 5 nos narran el encuentro entre Mateo Leví y Jesús. Un publicano que se sentaba a la mesa de los tributos públicos para recaudar los impuestos, no sería la persona que hubiéramos señalado si nos preguntaran quién seguiría a Jesús. Mas nos dice la Palabra que cuando Jesús le dijo: “Sígueme”, al igual que los otros discípulos, Mateo Leví lo siguió sin titubear. Hizo preparar comida en su casa e invitó a Jesús y sus discípulos a comer, por lo que algunos criticaron al Maestro. Mas este sabía quienes eran los que lo buscaban, y a estos no les negaría su presencia. “Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” Aquellos que se creían justos no iban a buscar a Dios, y ellos se lo perdieron. Encontramos también en los primeros tres evangelios (Mateo 10, Marcos 3 y Lucas 6) los nombres de los otros discípulos de Jesús, los cuales acompañaron al Señor durante sus tres años de ministerio. Tomás, Jacobo y Judas Tadeo, hijos de Alfeo, Simón el cananista, llamado Zelote, y Judas Iscariote, el cual lo entregaría en traición. Marcos 3:13-15 nos narra que Jesús “llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios.“ Estos doce hombres pudieron seguir de cerca a Jesús, aprender de él y ser utilizados para pasar a otros la enseñanza y vivir aquello que solo los que anduvieron cerca del Maestro en sus años aquí en la Tierra pudieron presenciar. Pero aunque apóstoles fueron pocos, los seguidores de Jesús aún podemos aprovechar sus enseñanzas gracias a la Palabra dada a través de sus apóstoles y otros escogidos por Dios. Al...

Evangelios-009 Los planes, los métodos y los tiempos de Dios

1/18/2024
Permíteme quedarme un día más en el estudio de las tentaciones de Jesús, porque a través de ellas podemos ver que ignoramos e intentamos manipular o reemplazar a Dios en sus planes, sus métodos y sus tiempos. En la primera tentación vimos que el tentador intentaba que Jesús ignorara los planes de Dios y atendiera a sus necesidades materiales. Pedro, un discípulo bienintencionado, en Mateo 16: 21-23 le ofreció a Jesús algo parecido, cuando le dijo que debía tener compasión de sí mismo y no dejar que lo apresaran para matarlo. Y en esa ocasión, Jesús le contestó igualmente: “aléjate de mí, Satanás.” Jesús respondió así porque no era la primera vez que había sido tentado a poner su bienestar por encima de la voluntad de Dios. Muchas veces, de igual forma, pensamos que tenemos que priorizar nuestras necesidades materiales, y cuando estas están aseguradas, entonces podemos atender a las espirituales. Ponemos el trabajo por encima de nuestra comunión con Dios; guardamos el lunes mucho más que guardamos el día del Señor, trasnochando el sábado pero descansando el domingo por la tarde. Somos capaces de sustituir el tiempo de estudio bíblico o la comunión con otros hermanos para descansar de la semana laboral o prepararnos para la que se aproxima. Nunca haríamos lo mismo con el trabajo; dejar de ir al trabajo porque estamos cansadas se vería, y con razón, como una excusa pobre y una falta de ética. Sin embargo, a menudo ponemos en un lugar muy alto nuestra comodidad, nuestro tiempo de ocio, o nuestros planes sociales o profesionales y dejamos a un lado las actividades que nos van a ayudar a acercarnos a Dios y conocerlo mejor. Dios nos regala cada día 24 horas para que podamos descansar, comer, trabajar, socializar y disfrutar. No ignoremos la voluntad de Dios. En Mateo 6 el Señor Jesús enseña que si buscamos las cosas celestiales primeramente, todo lo demás vendrá de la mano de Dios. Cuando Satanás incitó a Jesús a tirarse del pináculo del templo, le estaba ofreciendo un método de saltar a la fama, nunca mejor dicho. La idea era que si saltaba delante de todas estas personas y milagrosamente los ángeles del cielo lo rescataban, todos podrían ver que Jesús era alguien especial. Tres años más tarde, cuando colgaba en la cruz, otros también lo incitaron a hacer algo similar: “Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo, y bájate de la cruz.” (Mateo 27:35-44, Marcos 15:25-32, Lucas 23:32-43, Juan 19:18-27). Pero el método de Dios para exaltar a Jesús no pasaba por mostrar su poder como cualquier superhéroe que podamos imaginar. El método de Dios pasaba por la humildad, el servicio, el sufrimiento y la muerte, mas después de esto venía la resurrección, la ascensión al Padre, y la gloria venidera cuando toda rodilla se doblará ante Él y toda boca le confesará como Señor. Jesús aceptó los métodos del Padre y nos mostró el camino a seguir, porque Sus métodos son mejores y siempre para nuestro bien. En último lugar, las tentaciones de Jesús en el desierto nos muestran nuestra tendencia de ignorar, intentar manipular o cambiar los tiempos de Dios. Eclesiastés 3 nos enseña que todo en esta vida tiene su tiempo; sin embargo, a menudo queremos ignorar los tiempos de Dios y establecer nuestros propios tiempos. Cuando Satanás le ofreció a Jesús todos los reinos de la Tierra como si fueran suyos para dar, se estaba basando en el hecho de que hoy día, Dios ha permitido al maligno tener cierto dominio sobre este mundo caído. Sin duda, el mal es evidente en la sociedad, y es difícil permanecer en el bien hacer. Mas como hemos visto, tenemos la promesa de que el bien prevalecerá, y Jesucristo reinará sobre toda la Tierra. Estaba claro que todo aquello sería de Cristo, pero no en aquel momento. Aún debía esperar y cumplir los tiempos de Dios. Si Satanás puede hacernos cuestionar los tiempos de Dios, habrá conseguido desviarnos por un tiempo de la protección que Dios da y su cuidado. Hay cosas en esta vida que son lícitas y provechosas, en su momento....

Evangelios-007 Jesús tentado en el desierto

1/16/2024
Lucas 4:1-2 nos narra que tras su bautismo, “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.” Nos dice Mateo 4 que fue llevado allí “para ser tentado por el diablo.” Esta frase nos puede resultar molesta. ¿Por qué guiaría el Padre a su Hijo al desierto para ser tentado? ¿Qué propósito tendría esta acción? Cuando llegamos a una frase así en las Escrituras, hacemos bien en parar y repasar las verdades de Dios que conocemos. Sabemos que Dios es bueno. Sabemos que sus propósitos son siempre justos, y sabemos que nada de lo que permita en nuestra vida será con la intención de fastidiarnos, tentarnos, o dañarnos. Si sabemos esto de Dios, podemos concluir que al enviar a su Hijo al desierto para que este estuviera 40 días y cuarenta noches sin comer, y para que en estas condiciones tuviera que soportar los ataques del tentador, Dios no lo hizo para probar ni para hacerle daño a Jesús, su unigénito. Hebreos nos dice que Jesucristo es nuestro sumo sacerdote. Y el versículo 4:15 nos dice que “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Podríamos pensar “¿a nuestra semejanza? Pero si Jesús era Dios, y no podía pecar, ¿cómo podría ser a nuestra semejanza? Sin embargo, y para contrastar ese pensamiento, pregunto: ¿cuándo has pasado tú 40 días y 40 noches en el desierto sin comer? ¿Podríamos decir alguna de nosotras que hemos sufrido como sufrió Cristo? ¿Podríamos decir que nuestras dificultades en esta vida son mayores que las que Jesús pasó aquí en la Tierra? Hebreos 4:15 nos afirma que las tentaciones que Jesús soportó fueron semejantes a las nuestras, pero él las superó sin pecado. Mas no nos vio como inferiores, como fracasos sin remedio. Sabiendo que somos débiles, nos vio con compasión. Jesús tuvo que pasar todo ese tiempo en el desierto hasta llegar a un estado extremadamente débil para poder compadecerse de nuestras debilidades. Cristo no nos mira cuando caemos en la tentación de manera despectiva y acusadora. Dice la Palabra que nos mira con compasión, porque él sufrió en sus carnes el hambre, el cansancio, el dolor, la pérdida; él tuvo que soportar el ataque intenso del maligno en los peores momentos de su vida. Él sabe que nosotros somos polvo; sabe que somos débiles; que no somos Dios. Y por eso Él, porque puede, nos ofrece el perdón de nuestros pecados, y la victoria para la próxima tentación si nos aferramos a Él en la prueba. Esta es la única manera de salir victoriosas. El apóstol Pablo decía en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo” pero dice “Todo lo puedo en Cristo” porque es el que me da la fuerza. Veremos las tentaciones del Señor Jesús en el desierto, pero descansemos seguros, que el Padre lo puso en esa situación, del mismo modo que le haría pasar por el sufrimiento y la muerte, no por capricho, ni sin propósito sagrado. Lo hizo por ti y por mí. Lo hizo para dar testimonio de su poder, su amor, y su compasión hacia ti y hacia mí. Doy gracias a Dios Padre por amarme así; doy gracias al Espíritu por guiar a Jesús y sostenerlo en la aflicción, y doy gracias a Jesús, por estar dispuesto a sufrir por mí y por darme la victoria con compasión. Gracias Dios.

Evangelios-006 El bautismo de Jesús

1/15/2024
Uno de los días en que Juan el Bautista estaba en la orilla del río Jordán, anunciando la necesidad de arrepentimiento para el perdón de pecados, se le acercó un hombre para que lo bautizara, pero este hombre no era uno cualquiera. Su cara puede que le fuera familiar. Recordemos que Elisabet y María eran parientes, aunque no vivían en el mismo lugar. Es probable que Juan y Jesús, aunque a penas seis meses de diferencia entre ellos, no se hubieran encontrado, o puede que se hubieran visto en alguna reunión familiar. El año en que José y María viajaron a Jerusalén cuando Jesús tenía 12 años, es probable que coincidiera con Juan y su familia para la ceremonia que los niños judíos de 12 años llevaban a cabo. No lo podemos decir con certeza. Sin embargo, el día en que Jesús vino de Nazaret de Galilea y se acercó a Juan para ser bautizado, Juan supo que el que tenía delante era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así nos lo narra Juan en el capítulo 1, versículo 9. Los cuatro evangelios nos narran el bautismo de Jesús (Mateo 3, Marcos 1 y Lucas 3 y Juan 1). Juan venía preparando el camino para aquellos que arrepentidos recibirían la obra de Cristo en la cruz para perdón de pecados. Jesús guiado por el Espíritu Santo, fue a Juan para bautizarse. Mas como Juan le dijo, Él no tenía necesidad de ser bautizado. Jesús no tenía nada de qué arrepentirse, ya que no tenía pecado. Entonces, ¿por qué vino al Jordán para ser bautizado? Jesús dijo que le era necesario hacer esto; nos narra Mateo 3:15 que Jesús le dijo: “así conviene que cumplamos toda justicia.” Debemos concluir que Jesús vino al río Jordán como sustituto nuestro, mostrando que debe haber arrepentimiento para poder recibir por fe la salvación en Cristo. Jesús moriría en la cruz tres años más tarde para llevar en sí mismo el castigo del pecado que nosotros los pecadores merecíamos. La profecía de Isaías 42:1, siglos antes ya nos presentaba al “siervo de Yavé”, el que traería justicia a las naciones. En el Jordán, ante Juan y los que allí estaban, el Espíritu Santo de Dios, en forma de paloma descendió sobre Jesús al salir de las aguas, y nos narran los evangelios que se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Esta sería la presentación oficial y el comienzo del ministerio del prometido Mesías. Después de ser bautizado, Jesús comenzó su ministerio, y Juan continuó el suyo. En Mateo 11 y Lucas 7 leemos que Juan, al oír de la enseñanza y los milagros de Jesús, hacia la mitad de su ministerio, envió a sus discípulos a Jesús. “Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?” Jesús confirmó con sus hechos y sus palabras que él era, como Juan parecía entender y quería confirmar, el Mesías, el enviado de Dios. Jesús, hablando de Juan dice en Lucas 7:27: “Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.” Juan, como Simeón, Ana, y otros que genuinamente esperaban al Mesías, pudo reconocer que el que venía a él para ser bautizado a las aguas del Jordán era el Salvador que esperaban. Su bautismo confirmaba que arrepentimiento, la confesión de pecado (no a ninguna persona aquí en la Tierra, sino a Dios mismo), junto con la fe depositada en la obra salvadora de Jesucristo es lo que asegura la salvación de nuestros pecados y la vida eterna que Cristo ofrece, para ti, para mí, y para todo aquel que cree.

Evangelios-005 El ministerio de Juan el Bautista

1/12/2024
Juan el Bautista, unos meses mayor que Jesús, comenzó su ministerio antes que su pariente, predicando sobre el pecado de Israel y el necesario arrepentimiento, preparando el camino para la obra que Cristo llevaría a cabo, Leemos en Mateo 3:1-3 “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.” Mateo, Marcos, Lucas y Juan narran el ministerio de Juan el Bautista, y hacen eco de la profecía de Isaías 40 sobre aquel que vendría preparando el camino para la llegada del Mesías. Como nos narra Mateo en el capítulo 3, Juan predicaba en el desierto de Judea sobre la necesidad de arrepentimiento. (Mateo 3:5-6) “Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.” Venían de toda la región, y se arrepentían, y Juan los bautizaba. Su ministerio se extendió incluso a los líderes religiosos. Leemos que “muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo” Sin embargo, Juan, que no parecía intimidado por la autoridad de estos, “les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” Estos líderes religiosos de la época venían al bautismo de Juan, pero no mostraban un arrepentimiento genuino, ya que sus obras no cambiaban. Su confianza estaba en que eran de la nación escogida de Dios. Pensaban que porque eran descendientes de Abraham tenían el cielo ganado. Sin embargo, Juan les habla fuertemente, llamándoles “generación de víboras”. Solo Cristo podría librarlos de la ira venidera. Juan hablaba de aquel que venía detrás de él. Juan nunca habló de sí mismo como el dador de perdón. Él predicaba el arrepentimiento, ingrediente imprescindible para obtener el perdón que vendría con Mesías. Juan les dice que él bautizaba con agua, mas Cristo bautizaría con el Espíritu Santo y fuego. Juan no podía saber si aquellos que venían a bautizarse arrepentidos de sus pecados representaban en realidad arrepentimiento genuino, pero Cristo sería diferente. Él conocería el alma de cada uno. Juan les proclamaba el que venía detrás de Él diciendo: “limpiará su era, recogerá su trigo y quemará la paja”. El bautismo de Cristo sería diferente, porque sería una obra del Espíritu Santo. Aquellos que en arrepentimiento sincero vienen a Cristo para perdón de pecados permanecen en Él y Él en ellos. Estos son el trigo de Dios. Juan no podía discernir entre el arrepentimiento verdadero y una mera muestra de religiosidad. Pero Dios sí. Él sabe los que son suyos y los que solo están aparentando. Y Él recogerá su trigo y quemará la paja. Vemos Juan era muy distinto en personalidad y método a Jesús. En varios textos de los evangelios vemos un contraste entre ambos, y Cristo, en Lucas 7, después de identificar a Juan ante los oyentes como el profeta enviado para preparar el camino, hace referencia a sus diferencias ante la gente diciendo en el 33-34: “Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.” Los mismos que criticaban a Juan por tener un estilo más excéntrico criticaban a Jesús por relacionarse con muchos y comer con ellos. Mas lo que estaban rechazando en ambos era el mensaje de arrepentimiento y fe para salvación de pecados. Juan cumplió el propósito que Dios tenía para él con su personalidad propia, mas siempre fiel a Dios, predicando el arrepentimiento a quien lo escuchaba, y enseñando a sus discípulos a orar, como...

Evangelios-004 La niñez de Jesús

1/11/2024
Cuando María y José fueron al templo a dedicar a Jesús, hubo dos personajes que guiados por el Espíritu Santo de Dios reconocieron al Mesías todavía en forma de infante, entendiendo el importante papel que este venía a cumplir. Lucas 2 nos narra que cuando José y María entraron al templo en Jerusalén con el bebé Jesús, se les acercó Simeón, un hombre justo y piadoso que como nos dice el texto, “esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.” Al escuchar estas palabras proféticas de la boca de Simeón, dice el versículo 33 que “José y María estaban maravillados de todo lo que se decía de él.” “Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.” Justo estos días estaba viendo un documental en el canal de Historia sobre Jesús, donde se insinuaba que JEsús no supo muy bien cuál era su ministerio aquí en la Tierra, y que lo fue descubriendo y variando. La Palabra de Dios deja claro el propósito de la venida del Cristo. Aquí Simeón proclama el sufrimiento de Cristo para que muchos corazones fueran abiertos. José y María sabían el propósito del pequeño, aún si no o llegaban a comprender del todo. A Simeón le fue revelada la identidad del Mesías que había de venir. Y no solo a él; también a una viuda que estaba presente en el templo ese día, como había acostumbrado durante sus muchos años de vida dedicados al servicio de Dios. Ana, “viuda hacía ochenta y cuatro años; no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén”, nos narra Lucas 2:37-38. Estos fieles siervos del Altísimo pudieron reconocer al Mesías y lo proclamaban donde quiera que estuvieran. Sin duda, todos los que esperaban al verdadero Mesías lo pudieron reconocer en Judea, y la Palabra de Dios dice que todo el que lo busca, lo haya, como nos dice Mateo 7:8. Después de la visita de los magos de oriente, Cuando Herodes inició la búsqueda de Jesús para matarlo, José y María salieron hacia el sur, a Egipto para huir de la furia del monarca. Allí vivieron hasta la muerte de Herodes, y volvieron a la tierra de Israel. Pero temiendo que Arquelao, hijo sucesor de Herodes en el trono pudiera hacerle daño al niño, se instalaron en la región de Galilea en vez de ir a Judea, su tierra natal. Fue ahí, en Nazaret, donde Jesús pasó su juventud, y por eso le llamarían nazareno, o galileo durante su ministerio (Lucas 2:39 y Mateo 2:23; 26:69) Nos dice Lucas 2:41 que cada año, José y María iban a Jerusalén a celebrar la pascua en el templo, y traían con ellos a Jesús. Tenemos incluso grabado en Lucas 2 un incidente en el que tras haber perdido al jovencito Jesús de 12 años, José y María lo encontraron en el templo, “sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.” José y María alababan a Dios y lo servían, y enseñaron a sus hijos a hacer lo mismo. Jesús creció en una familia que lo animó a estudiar las Escrituras, a honrar a Dios siempre, y a crecer en cada aspecto de su vida, de modo que en Lucas 2:52 “Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con...

Evangelios-003 Nacimiento de Juan el Bautista

1/10/2024
Cuando María recibió el mensaje del ángel de que concebiría del Espíritu Santo, Dios le dio una señal de que todo esto era de parte de Dios, cumpliendo el plan de salvación que Dios tenía para la humanidad. Dios mandó a María a visitar a Elisabet, la cual estaba embarazada de su primer hijo, a una edad ya avanzada. Cuando María llegó adonde vivía Elisabet, esta estaba ya de seis meses, y nos narran los evangelios que el bebé, saltó de gozo en su vientre cuando María entró en la casa. Leemos en Lucas 1:57 en adelante que “Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella. Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan. Como bien recuerdas, Zacarías, el padre de la criatura, se había quedado mudo cuando el ángel le dio la noticia del embarazo de su esposa, y todavía no podía hablar. Los que allí estaban, dijeron a Elisabet: ¿Por qué (quieres llamarle Juan)? Y le insistieron “No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.” Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar. Curioso que le hablaran por señas, ya que Zacarías no se había quedado sordo, sino simplemente mudo. Pero Zacarías, “pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios. Y se llenaron de temor todos sus vecinos; y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas. Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién, pues, será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.” Juan venía como uno que anunciaría al Mesías. Zacarías lo proclamó en cuanto su voz fue restaurada, y leemos en los versículos del 76-79 sobre Juan el Bautista: “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados, Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora, Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz.” Juan prepararía el camino al Salvador; este sería su propósito en esta Tierra. Encaminaría a aquellos que quisieran dejar las tinieblas para alcanzar la Luz. Mas todavía debía crecer y aprender. Nos dice el último versículo del capítulo 1 de Lucas que Juan “crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.” Sus padres, Elisabet y Zacarías tuvieron la oportunidad de criar a Juan de forma que creciera sano y fuerte y se fortaleciera en espíritu. Le esperaban momentos difíciles en su vida, mas la educación espiritual que recibió en casa lo prepararía para cumplir el propósito de Dios en su vida. Como Juan, nosotras tambiém podemos hoy en día dejar que Dios use nuestras vidas para presentar a otros al Mesías. Seamos fortalecidas en espíritu y guiemos a otros al conocimiento del Salvador del mundo.

Evangelios-002 Un Nuevo Testamento

1/9/2024
¿Te has preguntado alguna vez porqué llamamos a las dos secciones principales de la Biblia los Testamentos? ¿A qué crees que se refiere? No son testamentos como el uso que nosotros le damos a este término hoy en dIa. No es una última voluntad, como solemos nosotros entender cuando oímos la palabra “testamento”. La palabra utilizada se puede traducir como testamento o como pacto. Así que si pensamos más bien en el significado de pacto, entendemos mejor lo que estas dos secciones comparten con nosotras. En primer lugar, el antiguo testamento nos presenta el pacto que Dios hizo con la nación judía. Como hemos podido contemplar, el dador del pacto es fiel, por lo que el pacto era firme. Si hubiera dependido de una fidelidad de parte de ambos lados, el pacto habría sido pronto invalidado; sin embargo, cuando Abraham aceptó el pacto con Dios, este pacto fue consolidado para la eternidad. Ese pacto fue ratificado con Moisés, confirmado con la simiente de David y claramente cumplido en Cristo, el Mesías. Cuando el Mesías vino a la Tierra, no solo mostró que el pacto de Dios con Israel era, sin duda, fiel y seguro, sino que nos presentó un Nuevo Pacto, un pacto profetizado por Jeremías y Ezequiel que se extiende a cada persona que acepte entrar en una relación eterna con Dios a través de Cristo. La epístola de los Hebreos, en el capítulo 9 contrasta el Pacto Antiguo y el Pacto Nuevo, mostrando que mientras el pacto del antiguo Testamento era temporal y nacional, el Nuevo Pacto en Cristo es eterno y universal. El Nuevo Testamento nos presenta el nuevo pacto de Dios, por el cual todo aquel que cree en Cristo como Salvador del mundo, aquel que vino para salvarnos de nuestros pecados, tiene la promesa de vida eterna en Él. En los primeros 17 versículos del primer capítulo de Mateo se nos presenta la genealogía de Jesús. Mateo 1:17 resume: “De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.” Encontramos también una genealogía inversa en Lucas 3:23-28, yendo desde Jesús nacido en Belén hasta el comienzo de la historia de la humanidad, para mostrarnos que Jesús, aunque 100 por cien Dios, era también 100% hombre. Esto hace de Jesús el único capaz de reconciliar a la humanidad con Dios, y para ello vino a la Tierra. El Nuevo Testamento nos ofrece el cumplimiento del Antiguo Pacto extendido a toda la humanidad. Los cuatro evangelios nos presentan la vida de Jesús aquí el la Tierra. Y podremos leer a través de cuatro de sus discípulos y de la mano divina de Dios la vida del Mesías, su nacimiento, ministerio y sacrificio en la cruz, acabando con su resurrección y ascensión a la diestra del Padre. Que Dios te colme de bendiciones a través de Su Palabra, para que conozcas mejor al autor de la Salvación.

Evangelios-001 Bienvenida al año Nuevo

1/8/2024
Bienvenida al Año Nuevo Hoy llegamos al final de la celebración de la Navidad. Anoche los Reyes Magos de oriente desfilaron por las calles y trajeron regalos a muchos niños que esperaban con anticipación algo de lo que habían pedido en sus cartas. Y mañana muchos tendrán que volver al cole sin apenas haber tenido tiempo de jugar con ellos. Pero ciertamente espero que las navidades hayan servido para descansar, disfrutar tiempo en familia, y sobre todo para meditar en la persona de Cristo. Algunos comenzarán hoy a quitar las decoraciones navideñas, y muchos, si no han llegado a conectar las vacaciones de invierno con la persona del Cristo, puede que pronto se olviden del motivo por el que Jesús, el Mesías vino al mundo. Lo hizo en cumplimiento de la profecía esperada durante siglos. Lo hizo para salvar al mundo de sus pecados. Vino para ofrecer salvación a todo aquel que creyendo en Él deposite su fe en Dios. Tenemos por delante un año lleno de oportunidades. Podemos seguir manteniendo aquellos logros que hemos conseguido, y avanzando hacia conseguir las metas que nos hayamos propuesto. Si aún no te has puesto una meta para este año, te animo a tomar un rato esta semana para hacerlo, y te propongo una: lee la Biblia durante este año. No tienes que comenzar con la lectura completa de la Biblia, aunque seguro que sería de bendición. El año pasado estudiamos el antiguo testamento, y en este año que ya hemos comenzado, quisiera que estudiáramos juntas el Nuevo Testamento, la segunda parte de la Palabra especial que Dios nos ha dejado. La Palabra de Dios, nos dice Hebreos 4:12 es viva y es eficaz. Nos dice que es más cortante que una espada de dos filos, que corta a diestra y a siniestra. Penetra hasta el alma, y discierne los pensamientos de nuestro corazón. Es capaz de mostrarnos aquellas cosas que incluso una misma no es capaz de ver. Es útil para ayudarnos en cualquier dificultad en la que nos encontremos; y como dice 2 Timoteo 3:16, nos enseña, nos exhorta, nos llama la atención, para que podamos trabajar aquellos asuntos que tenemos pendientes. Dios utiliza Su Palabra para transformarnos día a día, paso a paso, para que seamos más y más como Él cada día, y para que podamos disfrutar de una relación viva con Dios. ¿Te interesa? Acompáñame cada mañana, de lunes a viernes, en el estudio de la Palabra, y llévala en tu corazón cada instante de tu vida. Feliz año 2020.

015_Navidad_Feliz_Navidad

12/22/2023
Feliz Navidad Con esta introducción del relato del nacimiento de Jesús desde los evangelios y con motivo de la celebración de la Navidad hemos comenzado el estudio del Nuevo Testamento. Espero que en este próximo año desees seguir estudiando la Palabra de Dios. Te animo a dedicar un tiempo antes del final del año para contemplar lo que has vivido y sentido este último año, lo que has conseguido y lo que te has quedado sin alcanzar. Acaba tu tiempo de reflexión estableciendo algunas metas personales para el año que viene y pídele a Dios a cumplirlas. Pídele que lo puedas conocer a Él más y mejor, para disfrutar de una vida plena. Estos días navideños muchos celebrarán esperanza mientras otros se resentirán por la hipocresía que observan a su alrededor o por la pena que llevan dentro. Procura disfrutar de manera reflexiva estos días de celebración, con tus seres queridos, confiando en Dios cuando las circunstancias te lleven a perder la paz; descansa en Su amor cuando la ausencia de un ser amado haga estos días difíciles de disfrutar. Dios conoce tu situación, quiere ser parte activa de tu vida y Él ha dado mucho para tener una relación contigo. Llevale a Él tus luchas y permítele que te dé Su paz y su luz. El Rey de Reyes se ha dado a conocer. Aprovecha estos días para seguir conociéndolo mejor. Te deseo de corazón una Feliz Navidad y un año lleno de Dios.

014_Navidad-Los regalos de la Navidad

12/21/2023
Nos acercamos al día de la celebración del nacimiento de Jesús. Para celebrarlo, solemos intercambiar regalos con nuestros seres queridos. Esto es lo que hicieron los magos que vinieron buscando al Mesías. Mateo 2:11: “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” Vemos que los Magos de oriente trajeron regalos al niño, oro, incienso y mirra. Se ha escrito mucho sobre el significado de estos regalos. ¿Por qué trajeron los magos estos regalos, y no otros? ¿Entendían la profecía y ofrecieron regalos que representaban diferentes aspectos de la persona y misión del Mesías? Desde los primeros siglos, los estudiosos de las Escrituras han hablado del significado de estos regalos. Veamos la interpretación más aceptada porque sin duda parece un simbolismo muy acertado. Ya fuera que estos magos trajeran estos regalos con toda conciencia de lo que querían simbolizar o que no entendieran completamente, al ver los regalos desde nuestra perspectiva histórica, podemos apreciar a nuestro Salvador a través de los regalos y regocijarnos en Su persona y lo que Él ha hecho por nosotros. Los Magos ofrecieron ORO, INCIENSO y MIRRA. Venían del oriente, y estos eran regalos preciados. Habían viajado con sus bolsas llenas, y cuando abrieron sus tesoros en Belén, los ofrecieron al Rey de los judíos que había nacido. Los magos ofrecieron oro: El oro era un regalo digno de un rey. Leemos que la reina de Saba, cuando fue a visitar al rey Salomón, le trajo “ciento veinte talentos de oro” (1 Reyes 10:10) Estos magos trajeron consigo oro para ofrecerlo al Rey de reyes. Al regalar este metal preciado reconocen al Salvador como Rey de reyes y Señor de señores. “el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores” 1 Timoteo 6:15 Apocalipsis 19:16 “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. A éste Cristo le ofrecieron el oro digno de un rey. Los magos también le trajeron incienso: El incienso se utilizaba para ofrecer sacrificio a los dioses. Hasta hoy día se sigue usando para meditación y en lugares de culto. Se utilizaba en el templo, y vemos en Lucas a Zacarías entrando en el santuario del Señor a ofrecer el incienso. Salmo 141:2 lee también: “Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.” Vimos al describir al Mesías que Él era a la vez sacerdote y sacrificio. Él fue el sacerdote perfecto y el sacrificio perfecto y completo que ha dado fin a todo sacrificio. Y no solo eso, sino que Él es Dios, el único Dios, y el olor grato del sacrificio perfecto es para Él. Cuando recordemos el regalo de los magos, meditemos en el que se sacrificó a sí mismo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Cuando exhaló en la cruz, proclamó: ¡Es consumado! El sacrificio de Cristo en la cruz es completo; no se puede añadir más. El único Dios ha consumado el sacrificio perfecto. Los magos le ofrecieron mirra: La mirra es un perfume que los judíos solían usar para embalsamar cadáveres. ¿Por qué traerían los magos un regalo tan extraño para un niño? Quizás porque la segunda parte de la profecía del Mesías que leemos en Daniel 9 habla de la muerte del Mesías. Este niño había venido a nacer a esta tierra en forma plenamente humana para poder morir por nuestros pecados. Cuando pensemos en la mirra, recordemos que Jesús tuvo claro siempre que había venido al mundo para hacer la voluntad del Padre, para salvar a Su pueblo de su pecado. En estas semanas hemos ido describiendo la escena de la Navidad, hablando del protagonista y de los demás personajes. Al celebrar estas navidades, no descuides la verdadera historia, la razón por la que la Navidad es digna de ser celebrada. Cuando pasees esta semana por las calles decoradas y veas los belenes que describen la historia, medita en lo que el Mesías realmente significa para ti....

013_Navidad-Los magos desde lejos a adorarlo

12/20/2023
Mateo 2:1-2 “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.” Todo el mundo sabe quienes son los reyes magos. Yo desde niña los he esperado cada Navidad, ya que tradicionalmente han sido los que traían los regalos. Al contrario que Papá Noel, los Magos sí aparecen en la historia de la Navidad relatada en la Palabra de Dios, aunque no sabemos cuántos eran, y en realidad no se les clasifica como reyes en ningún momento. ¿Qué dice la Biblia sobre los magos de oriente y qué sabemos por la historia? Lo más probable es que estos magos que venían del oriente fueran sabios que podían interpretar señales de la naturaleza. Dicen “su estrella hemos visto en el oriente.” Desde su lugar de origen habían estado estudiando en el cielo alguna alineación estelar que les indicaba un evento especial. Hay un video muy interesante sobre la posición de las estrellas durante el tiempo del nacimiento de Jesús, pero sin duda, Dios los guió de forma especial hasta el lugar donde el Mesías había nacido. Estos viajeros venían de la zona de la antigua Persia o de Babilonia. ¿Te hace pensar en otro “mago” del que nos habla la Biblia? Daniel, el que había sido llevado de Israel a Babilonia para servir en la corte del rey, había vivido en esa zona siglos antes. En Daniel 5 vemos cómo los siervos del rey Belsasar describen cómo Daniel había interpretado los sueños de Nabucodonosor. Dicen así: “En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos” La Biblia describe a Daniel como el jefe de los magos en Babilonia, por su sabiduría y la capacidad de interpretar que Dios le había dado. Gracias a Daniel y a muchos otros sabios judíos, Babilonia había sido influenciada por las Escrituras. Seiscientos años antes del nacimiento del Mesías, Babilonia había llevado cautivos de Israel a jóvenes sabios, entre ellos Daniel. Este había llegado a ser funcionario del rey, con influencia sobre los sabios del lugar. Además de esto, muchos exiliados judíos habían permanecido en la zona de Babilonia, por lo que podemos suponer que estos hombres habrían tenido acceso a las Escrituras judías, y los sabios estudiosos sabían que habría de venir el Mesías, y sabían suficientes detalles como para llegar al lugar. Es fascinante leer la profecía de la venida del Mesías siglos antes de que ocurriera. En Daniel 9:24-26 leemos: “Setenta semanas están determinadas sobre tu...

012_Navidad-Herodes amenazado por el Mesías

12/19/2023
Un antagonista en la historia de la Navidad es el rey Herodes, que gobernaba al pueblo judío cuando llegó el momento del nacimiento de Jesús. En Mateo 2 leemos lo que sucedió en Belén cuando la noticia del nacimiento del Mesías llegó a los oídos de Herodes. Mateo 2:1-5; 7-8 y 12 “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: 2: 7-8 “Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.” 2:12 “Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.” En Mateo 2:13-18 leemos la trágica historia de la masacre que Herodes dictó: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo. Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.” No se menciona este relato en otros libros históricos de la época, pero sabemos que Belén era una aldea muy pequeña. Seguramente el número de niños asesinados fue menos de veinte. Es por esto que, a pesar de la crueldad y del dolor que esto ocasionó en la aldea de Belén, los eventos de ese suceso no llegaron a ser recopilados por los historiadores. De todos modos, sabemos por múltiples historiadores que Herodes el Grande era el tipo de hombre que se dedicaba a tal tipo de atrocidades. En varias descripciones de Herodes leemos que “La brutalidad del episodio está en armonía con el carácter de Herodes, tal como Josefo lo describió (Antigüedades judías, 15.3, 3 § 53-56). Josefo presentó a Herodes como un ser patológicamente celoso de su poder; cuando Herodes se turbaba, todo el pueblo se ponía nervioso, porque era capaz de cualquier cosa. Leemos también sobre este malvado rey que varios de sus familiares fueron asesinados por orden suya, ya que sospechaba que trataban de suplantarlo” (Wikipedia). Herodes se sintió amenazado por un niño. Los magos habían venido de muy lejos, y afirmaban que venían a adorar al rey que había nacido. Herodes sabía que el Mesías había de venir. No tardó en conectar la profecía con los hechos que estaban sucediendo para saber que su reino corría peligro. Un hombre tan perverso como él, al que no le importaba matar a miembros de su propia familia, al ver que sus espías no encontraban a Jesús, mandó matar a todos los niños menores de dos años. Pero por supuesto, Dios ya había intervenido, mandando a José y María que huyeran hacia Egipto. Nos relata la última parte de Mateo 2 el resto de la historia: Mateo 2:19-20 “Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete...