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Un Mensaje a la Conciencia

Christian Talk

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Location:

Costa Mesa, CA

Description:

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Language:

Spanish

Contact:

Asociación Hermano Pablo Box 100 Costa Mesa, CA 92628 9499227501


Episodes
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¿Por qué hizo Dios a las madres?

5/8/2024
A un grupo de estudiantes de segundo grado de primaria se les hizo las siguientes preguntas con relación a sus madres: —¿Por qué hizo Dios a las madres? —Porque ellas son las únicas que saben dónde están las cosas. —Más que nada, las hizo para que limpiaran la casa. —¿Cómo hizo Dios a las madres? —Usó barro, igual que para hacernos a todos. —Las hizo con magia más superpoderes, bien mezclados. —Dios hizo a mi mamá igual que me hizo a mí, sólo que usó partes más grandes. —¿Por qué Dios te dio la madre que tienes y no la de otra persona? —Porque somos de la familia. —Dios sabía que ella me quiere mucho más que las mamás de los demás. —¿Cómo se portaba tu mamá cuando era niña? —Mi mamá siempre ha sido mi mamá y nada más. —Yo no sé porque yo no estaba ahí. Pero yo me la imagino bien mandona. —Dicen que se portaba bien. —¿Qué necesitaba saber tu mamá acerca de tu papá antes de casarse con él? —Su apellido. —Tenía que saber cómo era antes... si era un delincuente o si se emborrachaba. —Mamá tenía que saber si papá le dijo «No» a las drogas y «Sí» a las cosas que ella quiere que todos hagamos en la casa. —¿Por qué se casó tu mamá con tu papá? —Porque mi papá sabe hacer el mejor espagueti del mundo. Y mi mamá come mucho. —Mi abuela dice que es porque mamá no lo pensó bien. —¿Quién manda en tu casa? —Mamá no quiere ser la que manda, pero le toca porque papá no es muy avispado. —Mamá es la que manda... porque cuando revisa mi cuarto, ella ve las cosas debajo de la cama. —Supongo que la que manda sea mamá, pero sólo porque ella tiene mucho más que hacer que papá. —¿Qué diferencia hay entre las mamás y los papás? —Las mamás trabajan en sus empleos y siguen trabajando cuando llegan a la casa; los papás sólo trabajan en sus empleos. —Las mamás saben cómo hablarles a las maestras sin asustarlas. —Los papás son más altos y más fuertes, pero las mamás son más poderosas porque ellas son las que nos dan permiso para pasar la noche en casa de un amigo. —Las mamás usan superpoderes; saben cómo hacer que uno se sienta mejor sin medicina. —¿Qué hace tu mamá cuando descansa? —Mi mamá dice que ella nunca descansa. —Mi mamá no hace nada. Se la pasa pagando las cuentas todo el día. —¿Qué le falta a tu mamá para que sea perfecta? —Por dentro ya es perfecta. Por fuera, creo que alguna clase de cirugía plástica. —Si pudieras cambiar una sola cosa en tu mamá, ¿qué sería? —Yo haría que mi mamá fuera más inteligente, para saber que la culpa la tiene mi hermana y no yo. —Me gustaría que no tuviera esos ojos invisibles en la parte de atrás de la cabeza. Las ocurrencias de los niños no sólo nos sirven de diversión; también nos llevan a la reflexión. Por ejemplo, la respuesta del último niño nos hace pensar en el proverbio del sabio Salomón, que dice: «Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos.» Si así también son los ojos de las madres, será porque Dios las creó a su imagen y semejanza. Más vale que cada madre, consciente de la poderosa influencia que ejerce sobre sus hijos, se esfuerce al máximo por ser piadosa para reflejar la imagen de Dios en todos los demás sentidos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«No he podido ver a mi hija porque la mamá no deja»

5/7/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Tuve una hija con mi exesposa. Me divorcié de ella por malos tratos y humillación.... Ya ella tenía cuatro hijos, y traté de darles lo que pude; pero eran adolescentes y nunca me aceptaron.... Me hicieron la vida imposible, al extremo de que uno de ellos me pegó una trompada. Mi exmujer me clavó un cuchillo en el brazo. »Desde hace dos años no he podido ver más a mi hija porque la mamá no deja de inventarse cosas con las que me denuncia. Estoy muy mal por no ver a mi hija. ¿Qué hago?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Cuánto sentimos lo que usted está sufriendo! Por supuesto, sabemos que hay detalles que no nos ha contado, pero vamos a suponer que usted nunca maltrató a su esposa ni a ninguno de sus hijos. »También damos por sentado que, cuando obtuvo el divorcio, usted dejó constancia de los pormenores del maltrato que sufrió de parte de ella.... [Pero] si usted no dejó [esa] constancia... entonces es probable que sea una cuestión de la palabra de ella contra la suya. Aun así, usted tiene todo el derecho de solicitarle al juez que le conceda visitas programadas con su hija. A no ser que haya sido abusivo o negligente usted mismo, está mal que su exesposa no permita que usted y su hija se vean. »Sin embargo, esto nos lleva a hacerle la difícil pregunta: ¿Ha estado usted aportando al sustento económico para su hija? Así como usted tiene el derecho de verla, también tiene la obligación de contribuir a solventar los gastos en que ella incurra. Si no lo ha estado haciendo hasta ahora, le recomendamos que comience a enviarle dinero con cada pago del sueldo que recibe. Mantenga un registro de cada cuota que envía por si fuera necesario probarlo en el juzgado. »Nosotros no somos abogados, y no conocemos las leyes vigentes en su país. Usted necesita consultar a un abogado para enterarse de todas las opciones, los derechos y las responsabilidades que le corresponden. »Sabemos que ama mucho a su hija y que anhela pasar tiempo con ella. Siente un dolor en el corazón que sólo su hija puede aliviar. Ese es un ejemplo cabal de lo mucho que Dios, nuestro Padre, nos ama a cada uno en particular. Lo cierto es que Él siente un dolor en su corazón divino que sólo puede ser aliviado si usted cultiva una relación personal con Él, como ya hemos hecho nosotros. Usted no tiene que ser una persona virtuosa o santa, ya que ninguno de nosotros lo somos. Todos somos pecadores, y todos necesitamos el perdón que se obtiene cuando le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados en el nombre y por el poder de su Hijo Jesucristo. Su Padre celestial lo ama tal y como usted ama a su hija. Le animamos a que le responda a Él de la misma manera en que desea que su hija le responda a usted.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 797. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Deseo hacerme justicia con mis propias manos»

5/6/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Le hice un favor a una familia pobre. Les presté cierta cantidad de dinero. Me hablaron para decirme que me iban a pagar, pero lo que recibí fueron seis impactos de bala en la cara. »Ahora lo que más deseo es hacerme justicia, pero algo me detiene a pesar de [la cólera] que siento. La verdad, no sé qué hacer, si dejarlo así o terminar [con toda] la familia que me hizo eso.... Perdí mi empleo.... Ahora no tengo nada. Cada vez que tengo que pasar al hospital y ver mi estado, me da rabia,... cólera, y deseo hacerme justicia con mis propias manos.» Este es el consejo que le dimos: «Estimado amigo: »¡Lamentamos mucho esta tragedia que usted ha sufrido! Es una experiencia por la que nadie debiera pasar. Es natural que usted desee que se haga justicia si a las personas culpables de su dolor y perjuicio no se les ha castigado. De ser así, no es justo que ellas sigan viviendo como si nada hubiera ocurrido, mientras que usted sufre las devastadoras consecuencias cada día que pasa.... »¿Sabía usted que la ira produce cambios físicos en el cuerpo? La ira hace que su cuerpo produzca sustancias químicas destinadas a ayudarle a afrontar lo que está causándola. Esas sustancias hacen que sienta que tiene poder y que puede eliminar el problema.... La adrenalina que fluye a través de su sistema nervioso puede también hacer que se sienta inquieto y ansioso de salir y darle fin al conflicto que esa familia comenzó. »El hecho de que nos haya contado su caso quiere decir que usted comprende que debe considerar las consecuencias de cualquier medida que tome con el propósito de vengarse. Por muy poderoso que se sienta y por muy justa que considere su causa, lo más probable es que cualquier medida que usted tome para vengarse empeoraría su propia situación. Pudiera ir a parar en una cárcel por el resto de su vida. Por ahora tal vez le parezca que vale la pena, pero eso no es cierto. »Dios sabe que injusticias como esta ocurren, y ha provisto una solución. El apóstol Pablo enseñó: “No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: `Mía es la venganza; yo pagaré', dice el Señor.” San Pablo da a entender con toda claridad que Dios hará justicia con quienes le dispararon a usted. Por ahora pudiera parecer que se han salido con la suya, pero Dios ve todo lo que se hace y conoce todo corazón. Usted puede confiar en que Él hará justicia. »Si sigue permitiendo que lo domine la ira, las consecuencias químicas que sufrirá su sistema nervioso pueden causarle aún más malestar físico. Entréguele más bien esa ira al Señor. »Deje que Dios haga justicia, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 88». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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La tendencia a la confirmación

5/4/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Mi mamá me tuvo cuando ella era muy joven. Desde mi niñez me criaron con la idea de que mis abuelos eran mis padres biológicos.... Es que mi madre biológica se casó, y yo me quedé viviendo con mis abuelos, a quienes llamo papá y mamá. »Sin embargo, a veces siento la diferencia [en el trato que mi abuela me da a mí y el que le da a] mi hermana, es decir, a mi tía.... Mi abuela le da su apoyo moral a ella para que estudie, y a mí no. Son cosas pequeñas que no me dejan ser feliz, pero tampoco imagino una vida lejos de ellos.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Sentimos mucho que no se sienta feliz, y creemos que podemos ayudarle. Sin embargo, hay un concepto que necesitamos explicarle primero. Se denomina sesgo de confirmación, es decir, la tendencia a la confirmación, y es algo que tenemos todos. Por ejemplo, si creemos que nuestros hijos se portan mejor que los hijos de los demás, entonces siempre tendremos la tendencia de darnos cuenta de las veces en que nuestros hijos están portándose bien, al igual que las veces en que otros niños están portándose mal. Hasta es posible que critiquemos a otros padres por el comportamiento de sus hijos, al mismo tiempo que hacemos caso omiso del mal comportamiento de los nuestros. O si nos damos cuenta tendremos la tendencia de justificar su conducta —por lo menos a nosotros mismos— con la explicación de que nuestros hijos simplemente estaban cansados y no era de esperarse que se portaran mejor. Como podemos observar en ese ejemplo, la tendencia a la confirmación puede llevarnos a darnos cuenta sólo de lo que consideramos como cierto, y a hacer caso omiso de lo que vemos que es diferente. Por una parte, no dejamos de reunir “pruebas” en apoyo de nuestras propias creencias, y por la otra, de hacer caso omiso de toda prueba que conduzca a una conclusión distinta. »Cuando usted compara el trato que recibe con el que recibe su hermana, o más bien su tía, usted siente que no es justo.... Es probable que usted se sienta rechazada por su madre biológica, aunque no le eche la culpa. Ese rechazo que siente pudiera haberla hecho creer que su madre adoptiva, es decir, su abuela, también la está rechazando al no tratarla igual que a su tía. De modo que usted probablemente tiene una tendencia a la confirmación que hace que perciba diferencias en el trato que recibe de los demás. Y lo interpreta como injusto sólo porque no se le trata de la misma manera. »Le recomendamos que busque consejería profesional que la ayude a resolver todo lo que está sintiendo. También le instamos a que le pida a Dios que le ayude a superar esa tendencia a la confirmación.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 669. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Víspera del Aniversario de Diamante de

5/3/2024
Se transmitió por primera vez el 4 de mayo de 1964 por la emisora YSU en la República de El Salvador. Ese histórico día a nadie se le hubiera ocurrido que en el transcurso de sesenta años se difundiría, sin interrupción, dieciocho mil setecientos veinte días de lunes a sábado, no sólo por radio sino luego también por televisión y por la prensa escrita en más de treinta países, y posteriormente vía Internet y las redes sociales abarcando todo el mundo. De ahí que la voz de Pablo Finkenbinder, conocido internacionalmente como el Hermano Pablo, tal vez llegó a ser la voz más escuchada en todo el mundo hispanohablante. Y de ahí la magnitud de la responsabilidad que le entregó a este servidor, Carlos Rey, ya que a partir de 1996 el Hermano Pablo, a los setenta y cinco años de edad, deseando un merecido descanso del ajetreo diario de la preparación y producción de Un Mensaje a la Conciencia, dejó de grabar mensajes suyos. El reconocido veterano de los medios de comunicación decidió que a partir de esa fecha todos los nuevos mensajes los grabaría su sucesor. En 1970 se produjeron setenta y dos Mensajes a la Conciencia en cintas de 16 milímetros, que se comenzaron a transmitir por televisión en Lima, Perú. Pero no fue sino hasta 1980 que se produjeron los primeros cien programas en video, lo que abrió paso a una distribución más amplia por televisión. La primera columna de prensa del Hermano Pablo fue publicada en 1971 en la Prensa Gráfica de El Salvador. La primera columna electrónica de Un Mensaje a la Conciencia, vía Internet, apareció en www.conciencia.net en 1998, y actualmente en ese sitio, las veinticuatro horas del día, se pueden leer, escuchar e incluso ver en video todos los mensajes difundidos desde el año 2004. Tal vez la descripción más acertada que se le haya dado a Un Mensaje a la Conciencia sea la que le dio el gerente general de Panamericana Televisión en Lima, Perú, quien calificó el programa como espiritual sin ser religioso. El Hermano Pablo mismo, desde el principio, se propuso «ser la voz de Dios a la conciencia de todo hispanohablante del mundo». En uno de los mensajes que grabó muchos años antes del 2012, en que falleció, él resumió esa declaración de misión en las siguientes palabras: «No ando buscando fantasmas ni levantando luces rojas. No soy ni sensacionalista ni fanático. Solamente hago un llamado a la conciencia e invito a la reflexión.» Cumplidos sesenta años, Un Mensaje a la Conciencia sigue difundiéndose miles de veces al día en todo el mundo de habla hispana. Sin lugar a dudas, el Hermano Pablo logró su objetivo de ser la voz de Dios a nuestra conciencia. Pero la visión que tuvo el Hermano Pablo se extiende más allá de su objetivo inicial. Para que Un Mensaje a la Conciencia siga teniendo un futuro tan prometedor como su pasado, tiene que seguir despertando la conciencia del pueblo hispano a fin de rescatar los valores morales y espirituales de nuestra sociedad. Determinemos cada uno que vamos a contribuir a extender esa visión. Abracemos individualmente esos valores culturales, morales y espirituales, y defendámoslos a capa y espada para así legarles a las futuras generaciones un mundo mejor, transformado por el poder y la gracia de Jesucristo. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Un locutor, un nuevo nombre y un nuevo formato»

5/2/2024
(Antevíspera del Aniversario de Diamante de Un Mensaje a la Conciencia y Natalicio de Juan Bueno) «Una fresca mañana de [abril] de 1964, dos hombres se bajaron de un... Ford Falcon rojo en el estacionamiento de la YSU, una de las radioemisoras preferidas por los salvadoreños.... El director de programación... los había llamado, el día anterior, para convocarlos a una reunión [sobre] los bajos índices de audiencia del programa “La Iglesia [del Aire]”, que duraba 15 minutos y que se transmitía a las 6 y 45 de la mañana de lunes a sábado desde 1955.... »El programa [era de] Pablo Finkenbinder, [hombre visionario que] había llegado a El Salvador en 1942... y [que] tiempo después sería conocido universalmente como “El Hermano Pablo”.... Quien lo acompañaba era el pastor Juan Bueno, quien había llegado a El Salvador apenas en 1961.... El Hermano Pablo, veinte años mayor, era una especie de guía para Juan en El Salvador.... »Luego de que ambos se presentaran ante el recién nombrado director de programación... entraron en materia.... [Raúl Monzón] era uno de los mejores locutores de la edad de oro de la radiodifusión salvadoreña... [pero] el Hermano Pablo apenas [lo] conocía. »—Su programa, Hermano Pablo —expresó... Monzón—, comenzó muy bien en cuanto a audiencia, incluso aumentó con el tiempo; pero en los últimos años... ha perdido oyentes, según nuestros estudios.... [Lo] he escuchado... varias veces... [y] es bueno. Se lo digo yo, que no soy [seguidor de Cristo]. Pero ¡dura 15 minutos! Y... se transmite muy temprano por la mañana. Con todo respeto le pregunto: ¿Qué mundano y pecador como yo va a querer escuchar un monólogo tan largo sobre Dios a esa hora...? ... Por eso le recomiendo que lo haga... de sólo 3 ó 4 minutos.... Tiene que ser corto pero contundente, interesante, impactante y hacer que la gente quiera seguir escuchándolo siempre.... Ah, y otra cosa: el [nombre del programa] no dice nada.... »—¿Qué sugiere usted entonces? »—Un buen nombre podría ser: «Un mensaje a la conciencia»... y ya. »... Al Hermano Pablo le gustó. »—¿Qué [piensas], Juan? — [le] preguntó a su compañero. »—A mí me gusta. Suena bien —[respondió] Juan.... »De vuelta en el auto, Juan Bueno le expresó al Hermano Pablo que el nombre del programa, ya pensándolo bien, era magnífico. Además sonaba muy sugestivo en la voz de aquel locutor. »—Así es nuestro Dios. Un locutor que se declara ateo acaba de bautizar nuestro programa con un nuevo nombre y un nuevo formato —comentó con una sonrisa [el Hermano Pablo].» Y así lo relatan los escritores salvadoreños Marvin Galeas y Carlos Clará en su libro sobre Juan Bueno que cuenta la historia de los Liceos Cristianos en su país, titulado Sólo quedaban tres, publicado en el año 2021. Y así, ya pasadas seis décadas, aquella voz de Raúl Monzón, años después de su muerte y la del Hermano Pablo, seguiría presentando «Un Mensaje a la Conciencia» y así llamando la atención del mundo hispanohablante a fin de que llegara a conocer personalmente a Jesucristo como el único y suficiente Salvador del mundo. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Sólo quedaban tres: El encuentro entre el Pastor Bueno y el niño vendedor de periódicos

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«Sólo quedaban tres»

5/1/2024
(Víspera del Natalicio de Juan Bueno) «Era una noche de lluvia constante.... Corrían los primeros días de agosto de 1962.... El pastor Juan Bueno, que ya llevaba unos siete meses en El Salvador... detuvo su auto frente al semáforo en rojo cerca de una estación de gasolina.... Miró su reloj. Eran las 11 de la noche con 34 minutos.... »En una esquina... divisó a un niño de unos cinco o seis años, tratando de protegerse de la lluvia bajo un trozo de techo. Su delgada figurita se encogía al lado de una pila de periódicos, tapados con un pedazo de plástico asegurado al piso con pequeñas piedras de regular tamaño. Así evitaba que la lluvia y el viento estropearan los diarios. Cuando el semáforo cambió de color, el pastor Juan Bueno detuvo su automóvil frente al niño. Bajó la ventanilla a pesar de la lluvia. »—¿Qué haces a esta hora aquí? ¿Por qué no estás en tu casa? —preguntó casi a gritos... observando al niño que, aunque trataba de cubrirse bajo el techito, se notaba que el frío le calaba los huesos. Apenas se cubría con una raída camiseta. Parecía que lo único que le importaba [era] que no se mojaran los periódicos o que el viento se los llevara. »—No me puedo ir hasta que venda el último. Ya sólo me quedan tres. »—Pronto va a salir el periódico de mañana. ¿Qué vas a hacer si no los vendes? »—Mi mamá se va a enojar conmigo —[respondió, poniendo] cara de aflicción el menor. »—Dame los tres periódicos. »—Pero todos son de hoy. »—No importa. »El niño, [con] cara de incrédulo, entregó los tres últimos ejemplares y recibió el dinero, y luego dibujó en su rostro una enorme sonrisa. Cuando el pastor Bueno se retiraba... se le estrujó el corazón [al ver] por el [espejo] retrovisor al niño que daba saltos de alegría. ¡Ya no le importaba mojarse!» Así cuentan los escritores Marvin Galeas y Carlos Clará la historia detrás del título de su libro Sólo quedaban tres, que es a su vez la historia del comienzo de los Liceos Cristianos en la República de El Salvador. Es que, según explican los autores salvadoreños, «en el fondo de su ser Juan Bueno sabía que había hecho feliz a un niño por un día, pero que a la mañana siguiente todo sería igual o peor, y no sólo para [ese] niño sino para miles de niños en El Salvador.... [Así] el círculo de la pobreza nunca se rompería.... »[En cambio,] si niños como [aquel] pudieran recibir una educación cristiana desde los primeros años hasta ver coronados sus estudios, sus vidas no sólo cambiarían por una noche; podrían cambiar de manera sustancial y duradera, y a su vez ayudar a otros niños.... “¿Qué [tal] si fundamos un colegio cristiano para darles oportunidad a niños como el vendedor de periódicos de recibir una educación de calidad y cristiana?” [se] preguntó.» Gracias a Dios y a los esfuerzos de Juan Bueno y su esposa Loida, más de sesenta años después habría como resultado 38 colegios en 9 de los 14 departamentos de la República, y más de medio millón de niños ya habrían pasado por las aulas de los Liceos Cristianos que fundaron... y la cifra sigue en aumento. Es que no se dirá: «¡Misión cumplida!» sino hasta que haya colegios en los cinco departamentos restantes. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Sólo quedaban tres: El encuentro entre el Pastor Bueno y el niño vendedor de periódicoselsalvador.com

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«Un país del que poco o nada sabían»

4/30/2024
(Antevíspera del Natalicio de Juan Bueno) «Juan y [Loida] acomodaron... sus pertenencias en su [auto] Ford Falcon de color rojo y, armados de un mapa, se marcharon [de California en los Estados Unidos] a El Salvador —relatan los escritores salvadoreños Marvin Galeas y Carlos Clará en su libro sobre Juan Bueno titulado Sólo quedaban tres—.... Una vez pasada la frontera [de México], para [Loida] todo era distinto. [Ella] nunca había estado en América Latina.... [Durmieron] donde les sorprendía la noche, en pequeños hoteles y hospedajes... y algunas veces les tocó mal dormir en el auto.... »Por fin... poco más de dos semanas, llegaron a la frontera de Guatemala.... Un día de lluvia torrencial, ya avanzada la noche, la pareja... llegó a un viejo puente.... Justamente cuando Juan Bueno [se disponía a cruzarlo]... un hombre... [se acercó] con una linterna de mano con la cual les hizo una señal de alto. —Señor —le dijo el extraño—, le ruego que no se aventure por el puente. El río está creciendo muy rápido, y la repunta lo puede agarrar a medio puente y arrastrarlo muy lejos. Juan apagó el motor... [se asomó] a echar un vistazo... [y vio que] el río crecía a gran velocidad.... A su paso arrastraba ramas de árboles, basura [y] rocas.... —¿Qué podemos hacer? —[le] preguntó Juan Bueno al desconocido. —Le sugiero que tome ese otro camino. Es más largo y escabroso, pero es más seguro. —¡Mil gracias! ¡Que Dios le bendiga! —[le] dijo Juan al misterioso desconocido.... [Aquel] atajo [entre las montañas] era una especie de camino rural fangoso.... Por un par de horas avanzaron penosamente hasta que llegaron a una empinada pendiente. Juan... le dijo a su esposa: —Toma el auto. Yo empujaré hasta que alcancemos la cima. Creo que lo podremos lograr.... El problema era que [Loida] no sabía conducir autos de cambios manuales, por lo que dijo que prefería empujar.... [Así que] Juan se sentó tras el volante, puso primera y pisó el acelerador. Por el espejo alcanzaba a ver... el rostro de su esposa con un gesto de esfuerzo máximo.... En unos minutos... el auto alcanzó la cima. Una sudorosa y satisfecha [Loida] se sentó a su lado y dijo simplemente: —Continuemos. Al atardecer del 11 de noviembre de 1961, Juan y [Loida] Bueno llegaron, cansados [y] con los huesos molidos, pero felices, a San Salvador.... Apenas habían pasado nueve meses desde que se habían casado, y ya Dios les había puesto [el] desafío [de vivir] en un país del que poco o nada sabían.... [Durante] el período de adaptación... Juan trabó una entrañable amistad... muy [especial] con Pablo Finkenbinder, conocido en todo El Salvador... como el Hermano Pablo.» ¿Quién hubiera pensado que Juan Bueno llegaría a ser no sólo uno de los mejores amigos del Hermano Pablo en toda su vida, sino uno de los miembros más influyentes de la Junta de la Asociación Hermano Pablo en toda su historia así como en mi propia vida? Fue él quien le recomendó al Hermano Pablo que me eligiera a mí como sucesor, y quien de ahí en adelante se dedicó a apoyarme y animarme a fin de que no dejara de seguir esos pasos, señalándole el camino al cielo a todo hispanohablante que se dispusiera a escuchar mis historias, reflexiones y consejos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Sólo quedaban tres: El encuentro entre el Pastor Bueno y el niño vendedor de periódicos

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«Paquito»

4/29/2024
(Víspera del Día del Niño en México) Cubierto de jiras, al ábrego hirsutas al par que las mechas crecidas y rubias, el pobre chiquillo se postra en la tumba; y en voz de sollozos revienta y murmura: «Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. «¡Qué bien que me acuerdo! La tarde de lluvia; las velas grandotas que olían a curas; y tú en aquel catre tan tiesa, tan muda, tan fría, tan seria, y así tan rechula. Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. «Buscando comida, revuelvo basura. Si pido limosna, la gente me insulta, me agarra la oreja, me dice granuja, y escapo con miedo de que haya denuncia. Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. «Los otros muchachos se ríen, se burlan, se meten conmigo, y a poco me acusan de pleito al gendarme que viene a la bulla; y todo, porque ando con tiras y sucias. Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. «Me acuesto en rincones solito y a oscuras. De noche, ya sabes, los ruidos me asustan. Los perros divisan espantos y aúllan. Las ratas me muerden, las piedras me punzan... Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. «Papá no me quiere. Está donde juzga y riñe a los hombres que tienen la culpa. Si voy a buscarlo, él bota la pluma, se pone furioso, me ofrece una tunda. Mamá, soy Paquito; no haré travesuras.» Y un cielo impasible despliega su curva. A este conmovedor poema, que ha formado parte del repertorio de declamadores y festejos de las escuelas primarias desde que se publicó a comienzos del siglo veinte, el excelso poeta veracruzano Salvador Díaz Mirón simplemente le puso por título «Paquito». Es uno de los cuarenta poemas de los que se compone la obra titulada Lascas, a la que el profesor Manuel Sol califica como «estéticamente uno de los libros más originales en lengua española». Con sólo escuchar los versos de «Paquito», vemos por qué el Premio Nobel mexicano Octavio Paz dijo de su paisano: «La poesía de Díaz Mirón posee la dulzura y el esplendor del diamante, un diamante al que no faltan, sino le sobran, luces.» Si extendemos la metáfora de Octavio Paz, vemos que el poema «Paquito» en particular es además un diamante al que le sobra agudeza, pues es cortante de un modo parecido a la palabra de Dios, que «penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos». ¡Cómo nos parte el alma la trágica figura de Paquito! Su desgraciado padre, tan indiferente e imperturbable como el cielo impasible, es incapaz de sentir el dolor del hijo al que ha abandonado a un destino de miseria no sólo física sino también emocional, ya que ese hijo hasta se siente culpable de la muerte prematura de su querida madre. Pero gracias a Dios, su Hijo Jesucristo comprende a todos los Paquitos del mundo. Habiendo sufrido, como ellos, el abandono de parte de los suyos, Cristo les muestra compasión ofreciéndoles ayuda en el momento que más la necesitan. Basta con que se la pidan para que la reciban. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Poesía CompletaUniversoPoesía CompletaIntroducción a la historia de la poesía mexicanaPoesía Completa

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Invitación para ser «amigos» después de treinta años

4/27/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Recibí una invitación de mi padre, por Facebook, para ser “amigos”, después de treinta años sin saber nada de él. »Cuando yo tenía siete años, él nos abandonó por otra mujer, con la que formó una nueva familia. Yo oí cuando le pidió a mi madre que nos dijera que él estaba muerto y que lo olvidáramos. »Nunca lo buscamos, y yo ya lo he perdonado; pero no quiero saber nada de él ni de sus hijos, que quieren entablar relación conmigo. Sé que eso le causaría dolor a mi madre, que nunca más volvió a confiar en nadie. ¿Estoy haciendo bien en ignorarlos?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Sentimos mucho que tuviera que crecer sin su padre y, peor aún, consciente de que él la había rechazado deliberadamente. Dice usted que eso cambió a su mamá para siempre, de modo que ya ella no pudo volver a confiar en nadie, y sin duda alguna la parte de las emociones de ella que se vio afectada ensombreció la niñez de usted. »Es admirable que usted haya podido perdonar a su padre a pesar de todo lo que él hizo. Debido a que ha optado por perdonar, va a poder vivir sin resentimiento y amargura, y evitar que su salud sufra los efectos destructivos que puede causar el negarse a perdonar. Además, el perdonar es especialmente importante porque Jesucristo mismo enseñó que tenemos que estar dispuestos a perdonar a los demás si queremos que Dios nos perdone a nosotros los pecados que cometemos contra Él. »Si bien es cierto que los Diez Mandamientos nos enseñan a honrar a nuestros padres, su padre biológico optó por ceder todos los derechos y las responsabilidades que tenía como padre suyo cuando decidió abandonarla. Él quería que usted lo considerara muerto, así que al considerarlo muerto usted cumplió con los deseos de él de un modo inesperado. »Ahora su padre, con mucha más experiencia y madurez, bien pudiera estar arrepentido de lo que hizo. Sin embargo, el haberle enviado una fría invitación por Facebook para que sean “amigos” no indica que él esté sintiendo nada parecido. Los otros hijos de él pudieran haberlo convencido de que enviara esa invitación, o pudieran haberla enviado ellos mismos por conducto de la cuenta de él. ¿No será que ellos sienten un fuerte deseo de conocerla a usted a pesar de cierta incertidumbre de parte de él? »Su decisión de ignorar la invitación de su padre no es ni correcta ni incorrecta. Es tan aceptable ignorarla como lo es dar su consentimiento. Pero no la acepte a menos que se sienta a gusto haciéndolo. El haber perdonado no implica que usted deba restaurar la relación, como tampoco el honrar a su padre implica que deba tratar a ese hombre de una manera diferente a un donante biológico de esperma.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 668. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«No tenemos respuesta para esto»

4/26/2024
Se escuchaba el repicar de las campanas de bronce llamando a misa. La iglesia del Sagrado Sacramento, de Westminster, California, se iba llenando de fieles. La misa estaba ya por comenzar. Cerca de allí se oyó el rechinar de las ruedas de un auto que frenó estrepitosamente frente al templo. Era Claudia Quiñones que llegaba con toda su familia: su madre, su hija de catorce años de edad, su hijo de doce, y la pequeña Estefanía, de año y medio. Todos bajaron del auto. Claudia, en su apuro, dio marcha atrás para buscar estacionamiento. Al hacerlo, sintió que la rueda trasera del vehículo pasó sobre un bulto. No fue sino hasta que se bajó del auto que se dio cuenta, angustiada y aterrada, de que era su propia hijita, la pequeña Estefanía. La niña murió en el acto. Las setecientas personas que había en la iglesia ni cuenta se dieron de la tragedia. El sacerdote James Hartnett, cura párroco de la iglesia, comentó más tarde: «No tenemos respuesta para esto.» Ante tragedias de esta naturaleza, todos comprendemos las palabras del sacerdote Hartnett: «No tenemos respuesta para esto.» Fue un golpe tan brutal, una manifestación tan imprevista y tan inhumana de esta vida cruel, que la mente se ofusca y se declara impotente para hallar una respuesta que tenga sentido. El dolor de la tragedia oculta toda explicación razonable. ¿Por qué ocurren desgracias como esta? ¿Por qué niños inocentes tienen que morir de una manera tan horrible? ¿Qué pecado o maldad puede haber en una familia —cualquier familia de cualquier lugar— para que sufra tan tremendo golpe? ¿Castigo de Dios? No. ¿Ataque del diablo? Tampoco. ¿Manifestación atroz de la ley del Karma? Menos. ¿Destino ciego que no toma en cuenta ni edad, ni género, ni condición ni sentimientos? Si no, entonces ¿qué acarreó esta desgracia? Tal vez fuera el resultado de una acumulación casual de circunstancias adversas, o de alguna imperfección en la parte mecánica del auto, o de error e imprevisión humana. No lo sabemos. Pero hay algo que sí sabemos: Cuando tenemos fe en Jesucristo, tenemos quien nos consuele tras una tragedia. Cristo es nuestro Salvador y Pastor. Él lleva nuestras cargas, llora nuestras lágrimas y sana nuestras heridas. Pero su ayuda no termina allí. Él nos da una esperanza viva y verdadera del futuro, cualquiera que sea nuestro presente. Esta vida no lo es todo. Hay algo más allá de la muerte. Y en esa eternidad tendremos dos opciones: recibiremos las respuestas que no pudimos comprender en esta vida, o ya no nos importará el oscuro pasado sino sólo el brillante futuro que tenemos por delante. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Mi novio cree que soy inmadura»

4/25/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo problemas para comunicarme con el hombre a quien amo. Cada vez que le digo alguna cosa importante, él reacciona drásticamente.... Me siento mal porque creo que me comunico mal. Pido a Dios que ponga las palabras correctas en mi boca. »Mi novio cree que soy inmadura.... Tengo miedo de que esta situación haga que él se aburra de nuestra relación. No sé cómo comunicarme con él sin que tome esa actitud. ¡Por favor, ayúdenme! Sé que nos amamos, y quiero solucionar lo que podría ser una buena relación.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Siempre es bueno pedirle a Dios que le ayude, ya que Él de veras se interesa por usted. Es más, se interesa a tal grado que siempre quiere lo mejor para usted. A eso seguramente se debe que haya puesto en su mente pedirnos consejo acerca de esta situación. »No tenemos ninguna manera de saber si usted es o no es inmadura, ni si se comunica mal. Pero sí reconocemos el temor que siente al tratar de evitar que su novio reaccione de un modo tan drástico, y la vergüenza que sufre cuando él la menosprecia al decir que usted es inmadura. »No le va a gustar la siguiente verdad, pero su novio está abusando de usted verbalmente y haciendo que crea que se lo merece. Él la está haciendo dudar de sí misma, de sus habilidades y hasta de su propia cordura y percepción de la realidad. Poco a poco él está constantemente aminorando la confianza que usted tiene en sí misma y la habilidad que tiene de pensar racionalmente. La influencia que él ejerce sobre usted es tóxica, y sin embargo usted piensa que lo peor que pudiera ocurrir es que él se aburriera de la relación que tienen.... »Le instamos a que le ponga fin a este noviazgo mientras puede, pero asegúrese de pedirle a un familiar o a una amistad que la acompañe cuando vaya a decirle al novio que usted quiere romper la relación que tienen. Tal vez él nunca antes la haya maltratado físicamente, pero la manera como la ha tratado hasta ahora nos hace creer que tal violencia pudiera ser el próximo paso que él dé. »¡Lo más importante es que no tenga relaciones sexuales con este hombre! ¿Quisiera usted tener un hijo o una hija que creciera en un ambiente en el que tuviera miedo de su padre y vergüenza de sus propias habilidades? La única manera de evitar que eso suceda es distanciarse y mantenerse alejada de este hombre a quien usted dice que ama. »Sabemos que este consejo será devastador para usted. El primero a quien debe acudir es a Dios. Pídale que le dé valor y fuerzas para lo que le espera. Y luego pídale que la guíe conforme al plan divino que Él tiene para su vida y que le dé paz.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 796. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Las tarjetas de crédito

4/24/2024
«Buena es la vida cuando la vida es buena.» Esa era su consigna y su filosofía. Joven, de sólo diecisiete años de edad, buen mozo, atlético, elegante y con los bolsillos siempre llenos de dinero, Andrés Smith se dio el lujo de gastar sin medida en cualquier lugar donde estuviera. Provisto de una tarjeta de crédito, viajó por toda Europa, siempre rodeado de amigos y amigas. No había club nocturno ni playa popular que no visitara. Hasta que se descubrió la verdad. La tarjeta de crédito que tenía era falsa. Así que condenaron a Andy, como lo llamaban sus amigos, a diez años de cárcel, por fraude, en Londres, Inglaterra. En realidad, ¿qué califica de buena a la vida? Muchos, al igual que Andy, creen que uno de los factores principales es poseer una buena tarjeta de crédito. ¿Acaso una buena tarjeta no le permite a uno viajar sin dinero en efectivo y darse los mayores gustos sin tener que hacer más que presentar un pequeño rectángulo de plástico? Claro que la tarjeta sólo debe usarse si es genuina, si se tiene el derecho de usarla y si hay fondos para pagar la deuda oportunamente. Porque si no hay con qué saldar la cuenta a tiempo, la tarjeta se presta para convertir en esclava del banco a la persona que la posee. Todo el mundo sabe que la esclavitud de las deudas monetarias no da lugar a una vida buena sino a una vida intranquila, acosada por los acreedores. En cambio, muchos no saben que las tarjetas que ofrecen garantías de una vida buena no son las de crédito monetario sino las de crédito moral y espiritual. A Dios gracias que hasta para los que nunca se han dado el lujo de poseer una tarjeta de crédito monetario, hay tarjetas de crédito moral y espiritual que están a su alcance. Irónicamente, las que más valor tienen son las que nada tienen que ver con el dinero. Las tarjetas de crédito moral se adquieren como resultado de la entereza de carácter, a largo plazo. Tal vez la más valiosa sea la integridad, pues no es posible exagerar la importancia que tiene el ser personas dignas de toda confianza. Si no lo somos, tarde o temprano se descubrirá nuestra falsedad o carencia, y perderemos la buena fama y la buena reputación, que el sabio Salomón dijo que valen «más que las muchas riquezas, y más que oro y plata». A diferencia de las tarjetas de crédito moral, las tarjetas de crédito espiritual no se adquieren por nuestros propios méritos sino por los méritos de Cristo al morir en la cruz por nosotros. Tal vez la más valiosa sea el perdón del pecado. Como nosotros no podíamos saldar por cuenta propia nuestra deuda de pecado, Cristo la pagó con su sacrificio supremo. Ahora no tenemos más que apropiarnos de esa tarjeta de perdón y usarla para pagar esa enorme deuda. Es la única tarjeta que no sólo ofrece garantías de una vida buena sino de una vida sin igual tanto en este mundo como en el venidero. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Los quijotes»

4/23/2024
(Aniversario de la Muerte de Miguel de Cervantes) No existen ya los Cervantes que diseñaban Quijotes ni se escuchan ya los trotes de los viejos Rocinantes. Los caballeros andantes no saben soñar despiertos; no toman rumbos inciertos buscando faenas rudas, ni van socorriendo viudas ni van [deshaciendo] entuertos. No hay una bella pastora que conduzca a las ovejas. No hay leyendas, no hay consejas; no hay atisbos de una aurora. Tampoco existen ahora gigantes en los caminos. Si acaso algunos mezquinos y tan insignificantes que, a pesar de ser gigantes, aparentan ser molinos. No hay un solo caballero que cometa la proeza de proteger la cabeza con el bacín de un barbero. Tampoco hay un escudero con ambición feudataria; hoy Sancho es un pobre paria que camina lento y triste, pues ya sabe que no existe la ínsula Barataria. ¿Cómo conquistar bastiones y abatir la felonía, si el honor y la hidalguía se fueron de vacaciones? Si ahora los campeones ya no emprenden odiseas ni peligrosas tareas; y para colmo de males, ya no tienen los ideales que engendraban Dulcineas. Mediante estos versos de su profunda obra titulada ...y también poemas, el famoso actor y autor Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, se identifica con nosotros al interpretar fielmente la decepción que muchos sufrimos a causa de la evidente falta de quijotes contemporáneos. Por eso a este poema le puso por título «Los quijotes». Tal parece que lo que más echa de menos el popular escritor mexicano, así como muchos de sus admiradores, es el honor y la hidalguía, que «se fueron de vacaciones». Las cualidades afines a la hidalguía que personifica el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, cuyas aventuras dieron pie al sinónimo quijotismo, son la magnanimidad, el altruismo, la caballerosidad y la generosidad. Así mismo las virtudes afines al honor son la estima, el respeto, la consideración, el decoro, la honradez, la integridad, la entereza de carácter, la rectitud, la lealtad, la decencia y la nobleza. Esa misma hidalguía y ese mismo honor se resumen en la frase que repite vez tras vez el simpático personaje creado por Gómez Bolaños, el Chapulín Colorado: «Se aprovechan de mi nobleza.» No hay duda de que la nobleza encarnada en el Chapulín representa el esfuerzo que ha hecho el humorista mexicano por suplir esa falta de un Quijote en la sociedad actual. Menos mal que Dios se nos ha anticipado y ha suplido aquella falta de honor, hidalguía y nobleza en su futuro reino mesiánico. Para poder disfrutar de ese reino venidero, sólo falta que aseguremos la entrada. Isaías profetizó acerca del Mesías, Cristo Rey, y de su justo y noble gobierno, en los siguientes términos: Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net ...y también poemas

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«Castigué a mi hija mayor con un látigo»

4/22/2024
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Soy madre de cuatro niñas. Sus edades van de tres [a] quince años. Hace dos semanas castigué a mi hija mayor con un látigo muy fuerte, ya que ella no estaba obedeciendo. [Luego de que] ella [salió], mostrando las marcas [del castigo] en los brazos... me sentí mal. Nunca lo había hecho de esa manera, pero quería que ella reaccionara. »Mi pregunta es: ¿Hasta qué edad debo corregir a mi hija físicamente? ¿Dice algo sobre esto la Biblia?» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Sus preguntas son de interés para muchos padres de familia. La Biblia sí menciona la disciplina física de los hijos varias veces en el libro de los Proverbios. Sin embargo, no dice nada específico en cuanto a la edad apropiada ni a los métodos apropiados para ejercerla.... »Como padres que somos de cinco hijos, nosotros llegamos a la conclusión de que el darle una palmada en la mano a un niño pequeño era un modo eficaz de evitar que tocara una estufa caliente o un tomacorriente. La mayoría de los niños menores de tres años de vez en cuando necesitan que se les dé una palmadita en la mano o en las nalgas para evitar que corran peligro. Sin embargo, tan pronto como nuestros hijos llegaron a la edad en que podían comprender las consecuencias, cambiamos nuestros métodos. De ahí en adelante empleamos alternativas a la disciplina física porque estábamos convencidos de que esas alternativas eran más eficaces. »Cuando se le aplica la disciplina física a un niño pequeño, es sumamente importante que no se haga con enojo. Muchos padres hacen caso omiso de la desobediencia hasta que el niño hace que se enojen. Entonces la emprenden a golpes contra los hijos, pegándoles en los brazos, en las piernas y hasta en el rostro. Eso nunca es aceptable. El castigo físico apropiado sólo debe aplicarse en la mano o en las nalgas del niño pequeño, y sólo debe dolerle uno o dos segundos y nunca dejarle una marca. Nosotros creemos que la mano es el mejor instrumento de castigo debido a que uno puede sentir la fuerza con que está dando la palmada.... »Hay tres razones por las que creemos que usted se equivocó al castigar a su hija con un látigo. En primer lugar, ella es muy grande para que se le castigue físicamente. En segundo lugar, usar un látigo no es la manera aceptable de castigar a un niño. Y por último, el castigo le dejó marcas en el cuerpo, lo que quiere decir que usted empleó demasiada fuerza. Le recomendamos que le diga a su hija que lo siente mucho, y que le explique por qué estaba usted tan alterada. Además, haga una lista de consecuencias apropiadas para la edad que tiene ella y explíquele que se valdrá de esas consecuencias para castigar cualquier desobediencia futura. »¡El ser padre o madre no es nada fácil! »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 87». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Tengo miedo de que me trasladen»

4/20/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «[Desde hace unos días estoy sintiendo el trato injusto que me dan en mi trabajo. Se han tomado varias decisiones laborales que me perjudican, las cuales creo que se deben a que respondí con franqueza, y de manera negativa, a una encuesta sobre el desempeño de mi jefe en su comunicación conmigo.] »[He sido un buen trabajador, nunca falto a mi trabajo, y hasta he dejado de cobrar horas extras. Siempre he hecho mi trabajo con esmero y dedicación. Pero ahora estoy muy preocupado porque tengo miedo de que me trasladen a otra provincia.]» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Lo felicitamos por trabajar con tanto esmero y dedicación, y comprendemos su preocupación por las consecuencias de haber sido sincero en una encuesta acerca de su jefe. Si el mundo fuera perfecto, no se le castigaría simplemente por decir la verdad. Pero el mundo en que vivimos no es perfecto, y a veces la sinceridad acarrea consecuencias negativas. A veces se debe a una administración corrupta, y otras veces a que los supervisores carecen de confianza en sí mismos. Sin embargo, si usted se expresó con respeto y lo hizo con motivos honrados, entonces no tiene nada de qué avergonzarse. »A nosotros se nos pide con frecuencia que evaluemos determinados productos o servicios que hemos recibido. Cuando las encuestas son anónimas y no pretenden obtener más información que la que piden, esas evaluaciones pueden ser muy útiles para los consumidores y para las empresas. »En el caso suyo no es cuestión de quién tiene la razón. Como usted da a entender que ya es honrado en todo, no podemos darle ningún otro consejo específico basado en los principios bíblicos. Sin embargo, sí podemos asegurarle de que hay una manera de dejar de vivir con tanto temor y ansiedad. »Hemos constatado que cuando nos ponemos en las manos de Dios y le encomendamos nuestra vida misma, Él siempre tiene un plan para nosotros, incluso cuando no es lo que hubiéramos esperado. Ha habido muchas veces en nuestra vida cuando nos ha tocado trasladarnos a lugares geográficos que nunca hubiéramos imaginado. Pero cada vez, al mirar atrás, hemos podido ver que Dios estaba actuando sin que nos diéramos cuenta y que el cambio de domicilio nos favoreció de una manera u otra. »Con eso no queremos decir que confiar en Dios es como una píldora mágica que hace que desaparezcan todos nuestros problemas. Si fuera así, todo el mundo tomaría esa píldora mágica para obtener esos resultados. Confiar en Dios es, más bien, aceptar el hecho de que Él nos ama y que siempre nos cuidará en cualquiera que sea la situación. Si bien no merecemos el perdón por todas las maneras en que hemos pecado, Dios nos perdonará debido a que su Hijo Jesucristo pagó el castigo por todo nuestro pecado al morir en la cruz. Una vez que aceptamos el perdón que nos ofrece y lo hacemos Señor de nuestra vida, podemos experimentar vida plena a pesar de nuestras circunstancias.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 667. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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La mansión de mi tía Eva

4/19/2024
Sucedió en el año 1951, y la impresión que me dejó nunca la he podido olvidar. Mi esposa y yo estábamos de visita en casa de un tío mío a quien no habíamos visto por años. Su esposa, mi tía Eva, estaba enferma con una de las más temibles de las enfermedades: cáncer. Ella ya había sufrido una operación, pero debido a su condición avanzada, no habían podido detener la enfermedad. Durante mi visita, que duró una semana, ella nunca dio indicios de dolor. Al contrario, se reía con frecuencia y hacía sus quehaceres con alegría. Un día le pregunté a mi tío cómo podía ella mostrar tanta conformidad con una enfermedad así. —Parece, Pablo —me contestó—, que ella vive en otro mundo. Está muy grave, y tiene dolor constante, pero nunca se queja, ni cuando estamos solos. Es más bien una muy viva y genuina esperanza lo que ella tiene. Ante eso, le pregunté: —¿Acaso cree ella que se va a sanar? —¡Oh, no! —me contestó—. Al contrario, ella sabe que va a morir. Su esperanza consiste en la otra vida. Tiene una especie de ansia de morir: como quien va de vacaciones y no se aguanta, porque está llegando la hora de partir. Eso me dejó hasta débil. Yo sabía a qué esperanza se refería él, pero nunca la había sentido tan de primera mano, especialmente en mi propia familia. El día que partimos, ellos estaban en la puerta, dándonos el último adiós. De repente, mi tía dijo: —Pablo, quisiera cantarles algo antes de que se vayan. Ella no tenía voz de cantante, pero tenía un canto en el corazón, así que comenzó a entonar esta canción: «Yo tengo mi mansión, al otro lado del río. / Mi Cristo me espera con anhelo. / Por eso no estoy triste, aunque sigo sufriendo. / Porque yo sé que pronto tendré mi recompensa.» Cuando ella terminó de cantar, yo tenía un gran nudo en la garganta. Sentí que ese adiós era de veras el último. Di la vuelta para ocultar la emoción que me embargaba, abordamos nuestro vehículo y partimos. A los seis meses, mi tía Eva murió, es decir, partió. Porque para una persona con una fe tan viva, no hay muerte; sólo traslado. Dios nos creó a todos para ser eternos, y desea que pasemos la eternidad con Él. Esa esperanza puede ser también nuestra. Jesucristo les dijo a sus discípulos: «En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas.... Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté» (Juan 14:2,3). Por eso el apóstol Pablo escribió: «Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Filipenses 1:21). Aceptemos esta fuente de esperanza. Cristo nos ofrece a todos la vida eterna. Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Sacrificios sublimes

4/18/2024
(Día Internacional de los Monumentos y de los Sitios) Era el año de 1555. La poderosa tribu michi, que se había establecido en tiempos muy remotos en un pintoresco valle de lo que ahora es el estado de Durango, tenía por jefe a un hombre valiente llamado Tohue. Éste dominaba desde su capital Michilia un vasto territorio que se extendía hasta las serranías del sur del Mezquital. Su pueblo guerrero disfrutaba de un período de paz y tranquilidad, cuando recibió noticias de unos hombres extraños que habían llegado por el sur y que a su paso lo destruían todo de manera sistemática. Tan pronto supo que el ejército invasor se acercaba, Tohue reunió a los habitantes de la ciudad, los cuales determinaron enfrentar al enemigo y defender su territorio. Así que formaron un ejército bajo el mando de Tohue y se dispusieron a detener a las tropas españolas que tenían por capitán a Francisco de Ibarra. No fue sino hasta el segundo día de la sangrienta confrontación que comenzaron a imponerse los agresores. Pero cuanto más acorralados se veían los michis, más se empeñaban en ofrecer resistencia, a pesar de que Ibarra quiso abortar la acción y tomar otro rumbo. Obligados, pues, a valerse de la superioridad de sus armas, los conquistadores dispersaron a los obstinados michis, quienes se replegaron hacia la cordillera. Allí desde las alturas les causaron considerables daños a los españoles con una lluvia de piedras y rocas que despeñaban. Y de nuevo obligaron a los invasores a seguir la lucha cuando éstos intentaron retirarse. Ya para el tercer día los indómitos indoamericanos se vieron completamente cercados en la cima del cerro, en total desventaja y escasos de armas para defenderse. Desde aquellas alturas Tohue podía divisar la ciudad de Michilia e imaginarse sus hogares ocupados y destruidos por el enemigo. Así que resolvió ponerle punto final al conflicto: quebró sus armas, inutilizó su escudo, se despidió visualmente de la ciudad de sus antepasados y se lanzó al precipicio. Todos sus valientes guerreros, sin quedar uno solo, lo siguieron. Desde un peñasco de la cumbre del cerro, Ibarra, rodeado de arcos, flechas, macanas y escudos despedazados, contempló en el fondo de aquel abismo los cuerpos fracturados de sus dignos enemigos, y exclamó conmovido: «¡Sacrificio sublime por la libertad!» Y aquella montaña pasó a la historia con el nombre de «Cerro del sacrificio». Este impresionante relato acerca de los michis trae a la memoria otro sacrificio sublime que ocurrió unos mil quinientos años antes. Se trata del sacrificio del Hijo de Dios, Jesucristo el Señor. Él se dejó crucificar en una cruz por los pecados de toda la humanidad, tanto los de aquellos michis como los nuestros en la actualidad. Murió en nuestro lugar porque determinó que ese sería el modo de salvarnos. Fue un «sacrificio sublime por la libertad», nuestra libertad, libertad de la condenación eterna. Aceptemos esa libertad que nos ofrece, y así no habrá sido en vano ese sacrificio sublime. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Leyendas mexicanas

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Algo explicable, pero no disimulable

4/17/2024
(Víspera del Día Internacional de los Monumentos y de los Sitios) Cuando era presidente del Consejo de Ministros, don José Sánchez Guerra recibió la noticia de que el Ayuntamiento de un pueblo vecino había decidido, por unanimidad, darle su nombre a una plaza. El anciano político, cargado de años de experiencia, se quedó pensativo un rato y luego, con una sonrisa dibujada en el rostro, contestó en estos términos: «Miren ustedes, les agradezco el honor que me hacen; pero me molestaría mucho que, en un cambio de gobierno cualquiera, se le antojase a alguien echar mi nombre por la borda y dedicar la plaza a cualquier otro hombre político. Les sugiero que, para mayor seguridad, el nombre sea PLAZA DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS, y así servirá siempre.» En su comentario al respecto, el historiador español Carlos Fisas explica que decidió incluir esta anécdota en su obra titulada Historias de la historia debido a los cambios recientes que se habían dado en los nombres de las calles de ciudades y pueblos de España. Él dice que quienes hacen los cambios alegan que contribuyen a terminar con los odios y a lograr la hermandad de todos los españoles. Pero él no está de acuerdo con ese punto de vista. «Si se quiere de verdad terminar con los rescoldos de nuestra guerra civil —sostiene Fisas—, lo lógico es que al lado de una avenida del Generalísimo Franco hubiese otra dedicada a don Manuel Azaña, y junto a la plaza del General Miaja se encontrase la calle del General Mola. Lo demás —concluye el autor español— es puro revanchismo. Explicable, sin duda, pero no disimulable.» Lo que Fisas tal vez esté dando por sentado, pero que no sobra decir, es que la verdadera hermandad en la raza humana, ¡que todavía a estas alturas de la civilización hace tanta falta!, comienza en el corazón. Al hombre lo podemos desarmar de toda arma mortal y hasta de títulos y nombres que ofenden a determinados grupos, pero si no vamos al meollo del problema —el corazón humano—, no lograremos nada que perdure. Si no contrarrestamos la causa, no eliminaremos el efecto. Y la causa es un corazón contaminado del odio, del egoísmo y de toda clase de inmundicia. La única solución la tiene Dios. Sólo Él puede purificar ese corazón sin igual que creó. La buena noticia es que Dios no sólo puede, sino que quiere purificar nuestro corazón, cambiándole el aceite con una transfusión completa. Basta con que clamemos a Él como lo hizo el rey David después de llegar al colmo del egoísmo, consciente de que Dios no desprecia al corazón quebrantado y arrepentido: «Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.... Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.... Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.» Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Historias de la historia

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